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jueves, 7 de marzo de 2013

La subjetividad de un hombre tras una definición.


Para mí es difícil hablar de algo casi tan perfecto para la humanidad en términos genéricos porque mis palabras siempre se quedan cortas por mucha solemnidad que decore con cada término rebuscado por ahí, así que comenzaré por decirte lo que veo en ti.
Te definiría con una fusión de muchas cosas: un ángel, una flor, una fiera, una protesta violenta con proyectiles, un ronroneo, un arcoíris, un globo en el cielo, una mariposa, una compleja operación matemática, un terremoto, una ola del mar, rocío matutino, un rayo solar, y tantas otras cosas. Al ser una mezcla de todo eso y más, todavía no entiendo cómo eres de inspirar tantas sensaciones y emociones: admiración en un transeúnte, un bello soneto en un poeta, groserías en alguien que no conoce el respeto, ideas tórridas en miradas huecas, etc. Tú no te das cuentas, pero yo sí y te digo quienes miran tu corazón y quienes solo quieren de ti obtener provecho personal.
Tus palabras no son nada si tu voz no me conforta y consuela, imagina como me duelen tus reproches porque sé que he fallado aunque no sé en qué, también me lamento de no ser capaz de comprenderte en todo, me frustro cuando no puedo ayudarte hasta dar de portazos porque me enojo conmigo, si me pides que no te consuele mientras lloras lo haré aunque me sienta impotente de no hacer nada, es tu compañía la que procura mi sensibilidad para con la humanidad, eres tú la que censura mi racionalismo y le dices a mi corazón que hable sin editar, eres la que con tus bromas haces que me sonroje. Me dices que no eres tierna, pero es tu actitud fiera que demuestra tu lado sensible porque no ignoro tu sufrimiento que tan bien disimulas. Ante tus manos me rindo porque con ese calor natural ahuyentan el frío de mis propias manos enguantadas.
¿Cómo decirte que tus abrazos efusivos tan llenos de ternura y luz espantan a los demonios internos que no puedo vencer? ¿Cómo explicarte que una mirada tuya cuando peco de tonto me fulmina de tal manera que yo caigo al valle de las lágrimas? ¿Me creerías si te digo que miro al cielo pidiendo a Dios que me dé una respuesta cuando me reprochas duramente por no saber lo que hice? ¿Qué debo de hacer cuando no te veo? Porque si me pides que te deje sola, sería mala persona de mi parte si me quedara sin hacer nada. Hay bastantes cosas que aun no entiendo, pero estoy dispuesto a consentirte, a escucharte si tienes problemas, ser pañuelo de lágrimas, almohada o "cuasi-confesor", pero no pienso controlarte ni obligarte. Si quieres vestirte con la tenida que deseas, no te limitaré con el tamaño de la falda ni con la cantidad de rubor o el tipo de lápiz labial. Si quieres sentirte bien, hazlo. Si quieres luchar por lo que deseas con determinación, enloquece.
Al menos me alegra que sepas que soy tan imperfecto, con defectos y con ciertas torpezas, porque estoy cierto que no caerás el error de la idealización porque algunos pecan de malicia, pero otros pecamos de tonto. Nunca quise que pienses que soy intachable, sin defectos, como si fuera un ángel, solo soy un hombre, un ser humano, con mis limitaciones y dudas... pero aun así, no estoy dispuesto a tratarte mal ni a mirarte frívolamente, a ser el caballero que corresponde ser: que no te denigre ni te asesine ni te mancille, que te respete y te trate con la misma dignidad que a cualquier ser humano. Quiero ser el que no me canse de propagar que tú y yo somos distintos pero no desiguales.
Siendo tu hijo, tu primo, tu sobrino, tu amigo, tu novio, tu esposo, tu compañero o tu confidente, no quiero competir contigo, quiero compartir la vida contigo. ¿Por qué no un poco de cariño en este mundo? ¿Qué cuesta demostrar una caricia?
 
Un saludo para las lectoras que siguen este humilde blog, y también para mi madre, mi hermana, mis primas, mis amigas, mis compañeras de universidad, a las amigas y compañeras de Pastoral Juvenil, etc.
Un agradecimiento especial a aquellas mujeres que me han hecho sugerencias y me dan su opinión para mejorar el blog.
A todas ustedes, mujeres, les mando un abrazo grandote y un beso en la frente y en la mano. Muchas gracias por hacer diferente la vida humana (y gracias a Dios de que ustedes existan). Se merecen mucho más un homenaje y son mucho más que un homenaje.
 
¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!

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