Después de Fiestas Patrias, volver a clases con un sansancio y una flojera a más no poder. Fueron unos días tranquilos, ni siquiera la tonterita de la supuesta "esposa de Cristo" me quitó la paz, aunque supongo que algunos teólogos y sacerdotes estarán tirados en el suelo después de tanta risa, mientras Falsate hace de las suyas, mientras ignora el orígen gnóstico de los apócrifos y haciéndoles publicidad y Dan Brown con Dawkins querrán reunirse para beber unas copas por tan "magno" acontecimiento en alguna artimaña para acabar con la Iglesia de Cristo, y alguna que otra persona con afinidad New Age habrá terminado por abrazar alguna herejía cristológica de manera inconsciente. Habiendo festejado los días patrios, en los que fueron días de asado y de relajo, el fin de semana hubo un encuentro de Pastoral Juvenil con chiquillos/as provenientes de la Arquidiócesis de Antofagasta y de la Prelatura de Calama. Fueron días agotadores pero los mejores que he vivido. Además de registrar cada instante con la cámara fotográfica, avisábamos vía face todo lo que pasaba y alguna que otra frase esencial (todas lo eran, pero alguna eran muy potentes).
Me alegró conocer a un grupo que venía de Mejillones... y en ese grupo había una chica de Corea del Sur (aunque lamentablemente en Chile, tildamos de "chino/a" a cualquier persona de rasgos asiáticos), ella es muy sonriente, era el alma de su grupo, su actitud fue la que ganó mi simpatía. También estuvo el grupo de Pastoral Juvenil de la parroquia que pertenezco, y mis amistades extraparroquiales.
Lo malo de estas actividades es que nadie quiere irse (incluyendo a quien escribe, modestia aparte) porque es cada instante compartiendo juntos, que sin necesidad de cámaras por los pasillos y rincones del patio de la Casa de Retiros, es como estar viviendo una especie de Reality Show. Dormir, levantarse, desayunar, orar, reir, conversar, hacer actividad, almorzar, la Eucaristía, cenar, etc, son muchos momentos que se comparten juntos a cada rato que uno termina acostumbrándose y sin querer, vas formando lazos. A lo mejor no has conversado con todos, pero siempre te conviertes en amigo de quien no conoces y se intercambian el número de teléfono, e-mail o facebook para no perder el contacto.
Y son, además, momentos en los que se cae en la cuenta de muchas cosas tras estar casi "aislado del mundo": Dios no solo está en los buenos momentos como la alegría y la amistad, sino también en el dolor, en la duda, el escepticismo, la enfermedad, el rechazo, incluso en momentos de pecado, sea cual sea esa experiencia es cuando se tiene un encuentro de Cristo... pero no todos lo descubrimos de la misma manera por vivir y sentir de diferentes maneras (no todos fuimos criados por los mismos padres).
Es inevitable encariñarse con todos, incluso recordar con cariño los momentos de risa y de conflicto. Yo hubiera querido que esto continuara o también, que fuera para siempre... pero tenemos nuestras vidas: el trabajo, el estudio, la familia, la parroquia, nos están llamando. Pedro desde el Monte Tabor, debió sentir una sensación enorme de asombro, incluso miedo, cuando vió a Jesús pero como que no era Él... estaba transfigurado, en Él todo era brillante, conversando con 2 grandes de la Antigua Alianza: Moisés y Elías. Pedro, sin comprender aún, se sentía tan bien que quiso construir carpas para Él, para Moisés y para Elías... pero el momento duró solo unos momentos y Jesús dejó de brillar y llamó a Pedro, Santiago y a Juan para salir de su estupor. Por esa razón escogí una foto del Monte Tabor, lugar donde ocurrió la Transfiguración.
Así nos pasa: queremos que todo cese para quedarnos en una experiencia, soñar y disfrutar por un buen tiempo, pero la vida tiene su curso. Esto es sólo para recobrar energías y para potenciar nuestra actividad pastoral. Como decía el dicho latino "Satis bibiste, satis ludisti, tempus est abire" (Hemos bebido, hemos gozado, es hora de partir) y además de eso, en un libro de Paulo Coelho decía "Los sueños dan trabajo". Y respecto a lo que hemos visto en esos días, cómo jóvenes y como cristianos, aún queda mucho por hacer por esta Iglesia peregrina y por los demás.
Me alegró conocer a un grupo que venía de Mejillones... y en ese grupo había una chica de Corea del Sur (aunque lamentablemente en Chile, tildamos de "chino/a" a cualquier persona de rasgos asiáticos), ella es muy sonriente, era el alma de su grupo, su actitud fue la que ganó mi simpatía. También estuvo el grupo de Pastoral Juvenil de la parroquia que pertenezco, y mis amistades extraparroquiales.
Lo malo de estas actividades es que nadie quiere irse (incluyendo a quien escribe, modestia aparte) porque es cada instante compartiendo juntos, que sin necesidad de cámaras por los pasillos y rincones del patio de la Casa de Retiros, es como estar viviendo una especie de Reality Show. Dormir, levantarse, desayunar, orar, reir, conversar, hacer actividad, almorzar, la Eucaristía, cenar, etc, son muchos momentos que se comparten juntos a cada rato que uno termina acostumbrándose y sin querer, vas formando lazos. A lo mejor no has conversado con todos, pero siempre te conviertes en amigo de quien no conoces y se intercambian el número de teléfono, e-mail o facebook para no perder el contacto.
Y son, además, momentos en los que se cae en la cuenta de muchas cosas tras estar casi "aislado del mundo": Dios no solo está en los buenos momentos como la alegría y la amistad, sino también en el dolor, en la duda, el escepticismo, la enfermedad, el rechazo, incluso en momentos de pecado, sea cual sea esa experiencia es cuando se tiene un encuentro de Cristo... pero no todos lo descubrimos de la misma manera por vivir y sentir de diferentes maneras (no todos fuimos criados por los mismos padres).
Es inevitable encariñarse con todos, incluso recordar con cariño los momentos de risa y de conflicto. Yo hubiera querido que esto continuara o también, que fuera para siempre... pero tenemos nuestras vidas: el trabajo, el estudio, la familia, la parroquia, nos están llamando. Pedro desde el Monte Tabor, debió sentir una sensación enorme de asombro, incluso miedo, cuando vió a Jesús pero como que no era Él... estaba transfigurado, en Él todo era brillante, conversando con 2 grandes de la Antigua Alianza: Moisés y Elías. Pedro, sin comprender aún, se sentía tan bien que quiso construir carpas para Él, para Moisés y para Elías... pero el momento duró solo unos momentos y Jesús dejó de brillar y llamó a Pedro, Santiago y a Juan para salir de su estupor. Por esa razón escogí una foto del Monte Tabor, lugar donde ocurrió la Transfiguración.
Así nos pasa: queremos que todo cese para quedarnos en una experiencia, soñar y disfrutar por un buen tiempo, pero la vida tiene su curso. Esto es sólo para recobrar energías y para potenciar nuestra actividad pastoral. Como decía el dicho latino "Satis bibiste, satis ludisti, tempus est abire" (Hemos bebido, hemos gozado, es hora de partir) y además de eso, en un libro de Paulo Coelho decía "Los sueños dan trabajo". Y respecto a lo que hemos visto en esos días, cómo jóvenes y como cristianos, aún queda mucho por hacer por esta Iglesia peregrina y por los demás.
P.D: Perdón por el retrato caricaturesco del primer párrafo, pero es que esto me da risa. Perdón por reirme fuerte. Aún así, por muy descabellada que parezca alguna herjía, no subestimarla. El que se cree seguro de no caer, más le vale tener cuidado, que no caiga. Hay que prepararse.
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