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lunes, 31 de diciembre de 2012

Vobis magnas gratias!

 
Ayer publicaria algo sobre la Sagrada Familia pero como no me sentía bien emocionalmente, no sentía deseos de escribir... pero escribiré la última entrada de este año.
Debo decir que ha sido un año dificil, un año en que muchas cosas que ocurrieron no quería que sucedieran, no quería "perder el control de la situación" pero a pesar de mi presunción y de mi actitud soberbia frente a la vida, aprendí que debo abandonarme a los proyectos de Dios en mi vida, me gusten o no. Con esta lección, he ahondado en la importancia de la humildad en los escritos y persona de Juan Pablo I (Albino Luciani).
A pesar de todos, he afianzado más los lazos de cariño y amistad con personas que no había tenido oportunidad de conocerlas a fondo en el verano de este año que acaba, de modo que terminé encariñándome bastante, hasta esperar interminablemente los momentos de ágape y abrazos interminables de afecto (las amistades que lean estas líneas sabrán de quienes hablo). Un anillo en mi dedo corazón da cuenta de ello y aunque no tenga un precio monetario altísimo, lo tengo celosamente conmigo como el tesoro más valioso que tengo (la amistad, que precisamente está en mi corazón).
Lo mejor ha sido el viaje a la 4ta Región, la Fiesta de la Candelaria de este año, el Gangnam Style, el retiro espiritual, el Encuentro de Zona Norte con motivo de la Misión Joven, ver a Coco Legrand en "Terrícolas: corruptos pero organizados", las guerras de agua, ver "Sherlock Holmes 2" en el cine, el IX encuentro juvenil con motivo de la Pascua de Mons. Fernando Ariztía, la creación de este blog, etc.
He sido testigo cercano de las batallas que ha librado alguien a quien quiero bastante, y que finalmente ganó esta guerra y busca enfrentar otra, pero espero que el próximo esté más presente. Por la falta de tiempo y de money en el celular como que he estado algo "dejado", pero esta amistad consolidada no se ha perdido... y espero no se pierda (como cierta pesadilla que tuve ayer).
Aún así, con mis virtudes y defectos, mi sensibilidad no me ha detenido en plasmar mis sentimientos cuando no soy capaz de expresar en palabras lo que quiero decir, escribiendo un texto o dedicando una canción. Me han faltado horas para seguir disfrutando de la música, tiempo para leer libros y tiempo para mí y la familia. Este año universitario ha estado tan acelerado, que tuve un traumático episodio de estrés casi a finales del primer semestre. No he juzgado ni condenado las faltas de otros por mucho que otros lo hicieran, solo he corregido fraternalmente sin tratar de aparecer como "el que tiene las respuestas a todo".
A pesar de mi timidez, la he enfrentado con los bolsillos llenos de caramelos como gesto de cariño y cercanía. Algunos compañeros de curso se han retirado de a poco, cosa que lamento, pero al compartir un ramo con otro curso (solamente mujeres) me han sacado abundantes sonrisas y carcajadas con sus bromas (algunas me han sonrojado mucho) a pesar del "cyclus apocalypticus" de la universidad. Y extrañamente, me he sentido tranquilo (ni siquiera sé porque) ni he entrado en situación de "presionar botón de pánico en caso de emergencia" y gritar histéricamente.
Me he reído de las leseras del fin del mundo (cosa que no ocurrió" y de los supuestos megaterremotos. Levanté los techos del cine y del teatro con mis risotadas (espero hacerlo en el Aula Pablo VI, o al menos, en el Estadio Techado). Mi paciencia ha sido puesta a prueba con algunas personas que no sabían ser personas, con quienes no eran capaces de ser comprensivos, con quienes no se daban el tiempo de entender mis discrepancias en ciertas materias (como la fe, visión de vida, etc.), a los que tenían vocación para fastidiar al prójimo, a las situaciones dolorosas que como Iglesia he tenido que vivir y padecer juntos, etc. He consolado y secado lágrimas del rostro cuando en mi interior sentía deseos de explotar en lágrimas. He meditado las situaciones en las que precisamente no sucedían como yo deseaba. He disfrutado con momentos entre amigos, las bromas que me han sonrojado, el Gangnam Style, las guerras de bombas de agua (que espero se repita pronto), las fotografías que registran momentos a modo de "chascarrillos", etc. He hecho rabiar a medio mundo con mis imitaciones de Guru-Guru, con mis ficticios "proyectos futuros" (ser un obispo capa negra con guantes negros de cuero y encima de los guantes el anillo y cosas así XD), pellizcando mejillas, hacer el "pollito", ponerme el pie dtrás de la nuca, etc. No sé bailar pero he hecho intentos de bailar el Gangnam Style (gracias Psy por esta canción que me ha alegrado y sacado risas cuando lo necesitaba).
Perdón si alguna vez he dicho o he hecho algo que pudiera molestar a alguien, pero les aseguro que no lo he hecho con mala intención, no me gusta dañar a las personas. Espero comprendan lo imperfecto que soy, como cualquier ser humano.
Espero que este año que se viene no sea tan acelerado y catastrófico como el año que dejaremos. Ojala que con mi colega reclutemos nuevos acólitos, porque solamente somos nosotros dos (además de ser mayores de edad) porque sabemos que no estaremos para siempre en este servicio y por mi parte, ya sé que me encuentro en mis últimos años como acólito (pronto cumpliré 10 años sirviendo a Dios en este pequeñito y silencioso ministerio).
Para este mundo que no para de dar vueltas sin control, espero que esta locura acelerada "baje sus revoluciones", se produzcan los cambios de corazones, volver la mirada a Él, nunca es tarde el arrepentimiento. Como quisiera que terminaran los conflictos del Medio Oriente, la tensión entre China y Japón, el posible estallido de un inminente conflicto nuclear entre Corea del Norte y Corea del Sur con los malditos misiles norcoreanos, la situación económica mundial, las explosiones de anarquía en el mundo, etc. De todos modos, mi deseo para todos es que vean al futuro con una sonrisa, venga lo que venga.
Agradezco a Dios, a mi familia, a los amigos sacerdotes, a las amistades de facebook, a mis compañeros (Marce, Julita, Diego, etc), a mis amistades "extraparroquiales" (Jocelyn, "Cachupina" y Walter) y a todos los que me han acompañado durante este año. No olvidaré estas duras lecciones de vida pero que sin duda han cambiado mi alma.
También agradezco a quienes se dan el tiempo de seguir este humilde blog cuando puedan, porque sé que todos tienen su propio ritmo de vida. Espero que les haya dejado algo. No olviden que escribo sin destinatario fijo (es para todos y sin hacer alguna clase de distinción o exclusión).
Un abrazo a todos ustedes.
Con cariño.
 
Pablo.
 
 
Postdata: Aprovechando que muchos alzarán en alto sus copas, compartiré unas líneas de la obra Carmina Burana que me hacen mucha gracia, pues precisamente hacen referencia al acto de beber: "Bibit hera, bibit herus bibit miles, bibit clerus, bibit ille, bibit illa, bibit servus, cum ancilla, bibit velox, bibit piger, bibit albus, bibit niger, bibit constants, bibit vagus, bibit rudis, bibit magus. Bibit pauper et egrotus, bibit exul et ignotus, bibit puer, bibit canus, bibit presul et decanus, bibit soror, bibit frater, bibit anus, bibit mater, bibit ista, bibit ille, bibunt centum, bibunt mille" ("La señora bebe, el señor bebe, el soldado bebe, el sacerdote bebe, el hombre bebe, la mujer bebe, el esclavo bebe, la esclava bebe, el hombre activo bebe, el indolente bebe, el hombre blanco bebe, el negro bebe, el perseverante bebe, el vago bebe, el ignorante bebe, el sabio bebe. El hombre pobre bebe y el invalido bebe, el desterrado bebe, el desconocido bebe, el muchacho bebe, el anciano bebe, el presidente bebe, el decano bebe, la hermana bebe, el hermano bebe, el viejo bebe, la madre bebe, esta bebe, aquel bebe, centenares beben, miles beben").

viernes, 28 de diciembre de 2012

Día de los Santos Inocentes: Historia de un interminable infanticidio.


Esperando que todos hayan tenido una hermosa celebración de la Navidad, retomo la escritura del blog, después de un breve paseo y de otras resposabilidades.
Quizás hoy es un día que se toma para hacer bromas pero en el fondo, el infanticidio no es un asunto como para tomarlo en broma (aunque todos hemos hecho bromas).
La fiesta de los Santos Inocentes se remonta a los días después del Nacimiento de Cristo. Antes de ese acontecimiento que festejamos hace unos días, los sabios de Oriente (los "Reyes Magos") tras consultar a Herodes sobre la estrella (la señal que anunciaría la venida del Mesías, promesa que se remonta desde los profetas del Antiguo Testamento) y ya que los sabios y estudiosos locales efectivamente afirmaron que la profecía es cierta y que sería en Belén, Herodes pidió a los sabios que les avisara del nacimiento para adorar al Niño... cuando en realidad, temeroso de que el Mesías lo "destronaría" (ante diversas concepciones del Mesías: político, anarquista o sacerdotal), buscaba asesinarlo. Y tras el aviso del ángel a la Sagrada Familia, huyeron a Egipto, y a los Reyes Magos, de no volver a Herodes. Y este, enojado, ordenó la matanza de todos los niños menores de 2 años, muriendo varios inocentes que no tenían nada que ver con el asunto.
En la actualidad, Raquel aún llora a sus hijos, Raquel aún no quiere ser consolada porque sus hijos ya no volverán. Raquel ha llorado por esta matanza y sigue llorando... por las víctimas del aborto.
Tantos inocentes y tantas vidas, que han dado testimonio de Dios sin hablar siquiera. Las matanzas nunca podrán justificarse. Y ahora pretender justificar el infanticidio antes del nacimiento en nombre de los "derechos" de la mujer o el respeto humano, conceptos manipulados por quienes solo buscan mayoría de votos, popularidad o seguridad propia en vez del bien común. ¿Quiénes somos como para decidir la vida de otros? ¿Quienes somos para decir quien merece vivir o no? ¿Elijo eliminar a alguien porque es fruto de una violación, tendrá algún defecto congénito, discapacidad o porque no es deseado? Según la ética, la vida no es moral ni inmoral, es amoral (no se puede juzgar). El hecho de que la vida en sus numerosas formas nos repele o nos agrade, está fuera de nosotros. Lamentablemente, muchas personas que se dedican a la medicina no les importa traicionar su profesión con romper el juramento hipocrático (prioridad y salud del enfermo): algunos me dirán que es la madre la que está mal pero en casos extremos, la prioridad cambia y no es una persona sino son dos las que necesitan del médico y es ahí cuando él debe aprovechar todos sus recursos al máximo y todo lo que esté a su alcance para salvar a ambos.
Antes de seguir, aclaro que en el crimen del aborto solo hago referencia cuando hay intervención humana, por lo que no hay culpa al haber aborto espontáneo (porque se produce por causas naturales).
Si no estamos seguros en este mundo con las amenazas nucleares, la delincuencia, los asesinatos, los accidentes automovilísticos, menos estaremos seguro en el vientre de una mujer. No quisiera ni pensar en como serán juzgador la mujer y el "hombre de la bata blanca", como dice la antigua secuencia del Dies Irae "¿A qué abogado acudirás cuando ni siquiera los justos se sienten seguros?", pero confío plenamente en el arrepentimiento, la misericordia, el sacramento de la reconciliación, el perdón y la conversión.
Por ayer solo era Herodes y ahora son las feministas radicales, Obama, los "progres" o parte del sector político (Isabel Allende, Camilo Escalona, Guido Girardi, José Antonio Gomez, Ricardo Lagos Weber, Pedro Muñoz, Alejandro Navarro, Jaime Quintana, Fulvio Rossi, Carlos Ominami, Evelyn Matthei, Ignacio Walker, Jorge Pizarro, Mariano Ruiz-Esquide, Andrés Zaldívar, Eugenio Tuma, Alfonso de Urresti, Alvaro Escobar, Marcos Espinoza, Ramón Farías, Tucapel Jimenez Fuentes, Manuel Monsalve, Marco Antonio Núñez, Alejandro Sule, etc.), y la lista sigue.
 

Del párrafo anterior, enumero además la ley del "hijo único" en la Dictadura Comunista de China. Al tener el segundo hijo, la madre es obligada a abortar o en caso contrario, la embargación de los bienes. Un caso emblemático y triste es el de Feng Jianmei (en la foto), que ha provocado la indignación del mundo entero al ver las fotos de ella con los restos de su hijita. Recuerdo un caso cercano, el de un matrimonio chino, que conozco personalmente y que me han contado que en su país tienen un hijo y al no poder tener otro, se vinieron a Chile. Aquí tienen un niñito y una niñita.
No hace faltar repetir que desde el momento de la concepción ya hay vida: lo han dicho los médicos Jerome Lejeune y Hymie Gordon. En Derecho Canónico, hay excomunión automática quien incurre en el aborto (aunque considera los casos en los que la madre o el médico o ambos son obligados o si hubo algo de por medio).
Si por una de esas cosas de la vida, una mujer que ha incurrido en el aborto lee estas líneas, le digo que no la condeno ni la juzgo si es que en ese momento no era consciente de lo que hacía (nunca se condena a una persona, solo la mala cción). Las puertas del arrepentimiento siempre estarán abiertas para quien se acerque, al igual que el abrazo que otorga el perdón y la estola sacerdotal que brinda la absolución. Es un camino dificil, pero siempre habrá quienes la apoyen, o a un sacerdote para que la apoye y consuele. Hay más alegría en el Cielo por alguien que se convierte que por cien personas que no necesitan conversión.
Por último, comparto unos fragmentos de las Sagradas Escrituras que hacen referencia directa e indirecta sobre este horrendo crimen (entendiéndola en su contexto, claro está), esperando que las futuras generaciones no nos maldigan ni nos tachen de asesinos. Seamos la voz de los sin voz y defendamos de esta atrocidad anatema a quienes no puedan defenderse (en una guerra todos están armados, pero en un caso como este uno o más están con armas y el otro está desnudo e indefenso).
 
"Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía y antes de que nacieses, te tenía consagrado" (Jeremías 1, 5).
"En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mateo 25, 40).
"¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano".
"Seré inflexible por haber reventado a las mujeres encintas de Galaad para ensanchar su territorio" (Amós 1:13).
"La herencia de Yavé son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas" (Salmo 127:3).
"Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre, yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente, y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embión tus ojos lo veían" (Salmo 139, 13-16a).
"Se mezclaron con las gentes, aprendieron sus prácticas. Sirvieron a sus ídolos que fuera un lazo para ellos; sacrificaban a sus hijos y sus hijas a demonios. Sangre inocente derramaban, la sangre de sus hijos y sus hijas, que inmolaban a los ídolos de Canaán, y fue el país profanado de sangre. Así se manchaban con sus obras, y se prostituían con sus prácticas" (Salmo 106, 35-39)
"A ti fuí entregado cuando salí del seno, desde el vientre de la madre eres tú mi Dios. ¡No andes lejos de mí que la angustia está cerca, no hay para mí socorro!" (Salmo 22, 11-12)
"Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo" (Lucas 6, 36)
"Entonces, todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos" (Mateo 7:12).
"¿Por qué vienen a profanar mi templo? Déjense de traerme ofrendas inútiles...¡Ya no soporto más sacrificios y fiestas!...Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre en sus manos. ¡Lávense y purifíquense!...aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan a la viuda" (Isaías 1:12-17).
"Ya no hay diferencia entre quién es judío y quién es griego, entre quién es esclavo y quién es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno sólo en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28).
"Pues se les enseñó desde el principio que se amen los unos a los otros. No imitemos a Caín, que mató a su hermano..." (1 Juan 3:11-12).
 

Dedicado a Susan, una amiga que lucha contra la legalización de este crimen a través de las leyes.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Navidad según un sacerdote con alma de niño.


La historia de Dios es simple y sencilla, al alcance de cualquier mentalidad. Es la crónica de una apuesta por el hombre. Es una historia tejida de silencios y sonrisas, es una cálida crónica de amor.
Dios se entrega sin medida, se da en el sosiego y en la calma para revolucionar nuestro vivir pequeño y egoísta. Él, Niño frágil e indefenso en las manos de su Madre, se acerca sin estruendo y sin ruidos. Su nacimiento para hacerse solidario de nuestra endeble condición es un prodigio de divina insensatez: llega sin fanfarrias ni alharacas. No busca el eco de la desmesura, sino el corazón de cada hombre hambriento de esperanzas.
Acostumbrados a envolver con el celofán de un cierto sentimentalismo la anual cita con la Navidad, corremos el riesgo de olvidar que el niño que llega, acunado con un inefable amor de madre, nos propone una vida plena de sentimiento y de sentido.
Sentimiento de eterna gratitud por el hermoso regalo de un Dios que se hace hombre para sufrir, siempre y en todo lugar, con el que sufre y está desamparado. Sentido de profundidad vital al comprender que el Dios que ilumina nuestra poquedad es un ser cercano, tan inmerso en nuestro interior que nos conoce mejor que nosotros mismos.
El amor es la identidad divina, belleza siempre antigua y siempre nueva, que nutre el horizonte personal. Nadie es anónimo ante el Niño que provoca la sonrisa de la Madre.
Él nos ama a cada uno y se goza en nuestra lucha cotidiana por prepararle una morada digna, lejos del celofán sentimental, anclados al sentido trascendente y al sentimiento de sabernos criaturas.
La historia de Dios, tan simple y tan sencilla, se nos muestra año a año en Navidad, marea blanca de sorpresas ante un Niño que proclama la paz en el silencio del corazón del hombre y para toda la humanidad.
 
Pablo Domínguez Prieto (1966-2009).

sábado, 22 de diciembre de 2012

Para Rolando Jimenez: Por favor, abúrrete de tu Inquisición Rosa.


No tenía previsto escribir otro post, pero este suceso me empuja a hacerlo. En el tradicional mensaje de Navidad, el Papa Benedicto XVI reiteró la condena a las uniones homosexuales (por no decir "matrimonio") frente a la amenaza de la manipulación de la ideología de género, "destruyendo la esencia misma de la criatura humana". Sobre quienes aún persisten en ello, agregó que “ellos niegan su propia naturaleza y deciden que no se trata de algo que han recibido, sino que ellos lo han creado por sí mismos”.
Si bien es cierto que Su Santidad se ha expresado duramente sobre ello, esto no constituye ninguna novedad pues reitera la importancia de la crianza integral de los hijos a través del padre y de la madre. De no ser así, los hombres estaríamos embarazados o bien, las mujeres eyacularían. Por algo, hombres y mujeres somos tal como somos, no hemos elegido los genitales y las formas que tenemos, pero en mi caso me siento feliz y satisfecho de sentirme hombre.
Lo malo es que alguien del sector contestatario, Rolando Jimenez, presidente del Movilh, está acusándonos de sembrar el odio a personas de condición homosexual: "La iglesia ha hecho de la prédica del odio una cuestión sistemática, borran con el codo lo que escriben con la mano". El problema no es su condición homosexual (si él eligió serlo, algo personal habrá ocurrido y no me compete juzgar aquello), sino que no es capaz de medir sus palabras en nombre de una ideología. Ahora ya nadie es capaz de opinar contrariamente sobre la homosexualidad, ni siquiera decir un "no" pequeñito, porque ya somos acusados de intolerantes e inquisidores. Inquisidor es este señor que cada vez que puede, censura o dispara sin apuntar a quienes no están de acuerdo con él y buscando a quienes no piensan lo mismo, como una especie de paranoia. Así que sugiero que es mejor que cambie su actitud, porque no representa en nada a los homosexuales (en lo personal, tengo conocidos y amigos homosexuales que no tienen nada de intolerantes e inquisidores, son buenas personas). Por favor, que alguien detenga esta inquisición de color rosa. Hace algún tiempo he visto sus columnas con textos denigrantes a la Iglesia de Cristo y a quienes la conformamos.
Además, como Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia Universal, es su deber defender y preservar la enseñanza que Cristo ha confiado a su Iglesia. Y aunque dudo que él lea estas líneas, tiene todo mi apoyo y mi oración humildes.
Parece que Rolando no conoce bien la enseñanza del Magisterio sobre este tema... más bien, conoce una parte, pero por lo que le han contado y no por haberla leído directamente. Así que quienes no conozcan la enseñanza del Catecismo frente a la homosexualidad, les adjunto el texto y los incisos:
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

De estos puntos, me gusta más el inciso no. 2358, porque precisamente es el que menos ven los contestarios y al no conocer a la Iglesia, tampoco ven a personas homosexuales en la comunidad. Les aviso que en la comunidad donde participo, esa persona nunca tuvo alguna clase de discriminación, sino que el respeto ha sido mutuo, y tampoco me da rechazo ni verguenza abrazarlo porque es mi amigo. Con cosas así, la Iglesia no apoya en nada las uniones homosexuales pero reafirma su acompañamiento y comprensión a las personas que presenten esa inclinación. Por si alguien desea más información sobre el tema, especialmente los agentes pastorales y quienes participan en alguna comunidad eclesial, les recomiendo que busquen la "Atención pastoral a las personas homosexuales" (1986). La Iglesia siempre ha señalado la diferencia entre la homosexualidad y un homosexualidad: se puede atacar y condenar una idea, pero nunca a una persona.
Mejor no apoyar leyes antidiscriminatorias: se presta mucho para manipular conciencias, e imponer el respeto ¿No será mucho? Más que respeto, eso es temor. Y el respeto no se impone, se educa. Cuando era niño, mis padres me enseñaron a respetar a los borrachos, a los que mendigaban, a las personas que yo veía que "actuaban diferente" (homosexuales) o a las mujeres que se "pintaban y vestían de una manera poco convencional" (prostitutas), sea quien sea, respeto a todas las personas y sin excepción.
Si Rolando nos acusa de homofóbicos ¿No será él un heterofóbico al no permitir voces opuestas? Juzguen ustedes mismos.

A pocos días de la Navidad: la polémica homilía de un arzobispo para Navidad


Como reza el título, estamos a dos días de 24 de diciembre. Este mes, destaco la alegría del hallazgo de la corona robada de la imagen de Ntra. Sra. de la Candelaria hace unos 4 meses atrás, con la bendición y re-coronación de ella. También pude ir a la licenciatura de amiga que terminó su enseñanza. Como no tenía alguna evaluación, fui a verla, desde el principio le dije que quisiera estar presente en su licenciatura, en ese momento especial en que da un paso más en su vida. Creí que yo no iría, pero lo hice. Quise estar ahí porque sé que ella tuvo un año dificil y no paró de luchar a fuerza de sangre, sudor y lágrimas. Cuando yo podía la vendaba, le secaba el sudor y fuí su paño de lágrimas. No pude estar siempre con ella por nuestros tiempos y responsabilidades, pero estoy seguro que he sido un buen amigo.
Volviendo al punto, litúrgicamente hablando, el atardecer en día sábado se da inicio al día domingo. ¿Qué tiene que ver esto? Fácil. Al consultar el calendario litúrgico, nos daremos cuenta que viviremos el IV Domingo de Adviento (la última velita de la Corona de Adviento, para aquellos que la tienen en sus casas). Y bueno, durante la homilía de la misa de ayer en la que ayudé, el joven sacerdote que predicaba mencionaba que durante estos días se había dado el tiempo de pasear por las calles céntricas de la ciudad, para conocer personalmente lo que gente decía de estas fechas y su real preocupación.
El primero de ellos es la preocupación de la gente por lo que se comerá y beberá el 24 en la noche. La comida sugiere un compartir y una fraternidad con nuestras familias, amistades y/o seres queridos, pero que no sirve de nada si no hay muestras de mejora y cambio: discusiones, peleas, rencillas del pasado, etc. Tampoco significa eliminar eliminar el vino, la champaña o algún licor, porque a través de estas cosas externas expresamos nuestra alegría (siempre y cuando sea con moderación) ¿Qué momentos alegres de nuestras vidas no las expresamos mediante un brindis? ¿O qué sentido tiene celebrar con tristeza o falto de alegría un momento de júbilo?
Otro punto que él destacó son los renombrados regalos, y que más de alguna vez han dado dolores de cabeza. Él recordaba que había una señora que dijo que buscaba x regalo para su hija "porque había pasado de curso". "Bueno, pero si ella pasó de curso, es porque su deber es estudiar. Si seguimos así, los malcriaremos y así los niños manipulan a los padres", fueron esas las palabras del sacerdote sobre esa mamá. Un pequeño incentivo o "refuerzo positivo" (en términos conductistas) no es malo, pero no está bien que los hijos terminen realizando actividades solo por interés y no por algo que los mueva a realizar. También surgen las preocupaciones por quien tiene el regalo más grande, o las discusiones entre los hermanos que dicen "Mi regalo es más grande que el tuyo porque mis papás me quieren más que a tí". Se habla de que los Reyes Magos ofrecieron regalos al Niño Jesús a modo de reconocimiento como Salvador del Mundo, además de mostrar sus respetos. El tamaño del envoltorio, o el color o tonalidad del papel de regalo o la cinta, son cosas superfluas. Hay muchos regalos caros que terminan sirviendo para nada, o cosas pequeñas y baratas (o sin precio monetario) que dejan una señal imborrable (unos caramelos, un beso, una flor, un abrazo, tolerancia con quien no nos simpatiza, regalarse tiempo uno mismo, etc.).
¿Nuestra Navidad tiene como centro a Jesús? ¿O es una fiesta sin sentido, que se realiza solo porque es la "previa" de Año Nuevo? Las palabras del párroco fueron fuertes pero muy importantes: "No sacamos nada con llamarnos cristianos, si nuestra vida y estas fiestas las vivimos como paganos". No vivir Navidad con superficialidad, sino dando un lugar a que Dios nazca en nuestras vidas y nos mueva, y no cerrándole la puerta "porque no hay lugar" para María y José.
Con la tarde de ayer, recordé la homilía de Mons. Francisco Javier Martínez, Arzobispo de Granada (el de la foto) que tras su homilía en el mismo tiempo litúrgico hace 3 años, provocó distintas reacciones en sectores sexistas tras una mala interpretación de sus palabras... o una artimaña más para enlodar la Iglesia, respecto a la posición de varón frente a la mujer cuando está sometida a toda clase de vejaciones, incluyendo al mayor genocidio de esta época, el aborto, crimen que quieren convertir en derecho.
Por más que leí, busqué y rebusqué la homilía de manera objetiva (dejando de lado la fe por unos momentos y centrándome en lo gramatical y semántico), no hay nada de discriminatorio o machista en su homilía, hasta encontré el video y lo ví una y otra vez (lamentablemente la homilía completa está fuera de la línea, pero solo se encuentran los momentos polémicos que usan a modo de sembrar odio), pero no hay nada de eso que dicen los contestatarios. Les adelante que es una homilía profunda y bastante incómoda para nuestra acelerada sociedad. Y ya que estamos tan cerquita del "cumpleaños" de Jesús, recordando que Dios salió a nuestro encuentro y haciéndose "uno más" de nosotros, les comparto la homilía valiente de Mons. Martinez.
 
 
 
 
Homilía de IV Domingo de Adviento, 20 de diciembre de 2009, Catedral de Granada.
Viendo cómo marcha el mundo, cada vez es menos difícil percibir hasta qué punto la celebración de la Navidad es incorrecta, porque la Navidad sacude los cimientos de este mundo para salvarlos, para recuperarlos, iluminados y purificados por la gracia y la misericordia de Cristo. Pero hoy la Navidad estorba, Cristo estorba, la cruz estorba, los cristianos y la Iglesia estorban a los que tienen la pretensión del poder absoluto. Es algo muy comprensible: la pasión del poder siempre ha sido muy fuerte en los hombres. Tan fuerte, tan poderosa y tan permanente en la historia como la lujuria, la envidia o el egoísmo, como cada uno de los siete pecados capitales. Estos pecados acompañan toda la historia humana, y es evidente que los seres humanos no somos capaces por nosotros mismos de liberarnos de ellos. Sólo Cristo tiene el poder de liberarnos de los pecados capitales.
En el mundo actual, se hace cada vez más visible la gran verdad que recordaba Juan Pablo II y que de otras mil maneras no deja de repetir Benedicto XVI: es posible construir un mundo al margen de Dios, al margen de Jesucristo -estamos asistiendo a su construcción-, pero se trata de la Torre de Babel. Este mundo morirá aplastado por sí mismo, por su propia pretensión de absoluto, y su caída será el signo, la señal de que un mundo contra Dios es un mundo contra el hombre. ¡Dios no es nuestro enemigo! ¡No es nuestro adversario! Es la única tierra firme sobre la que una vida humana -verdaderamente humana-, sobre la que un amor humano -verdaderamente humano-, sobre la que una sociedad humana, un trabajo humano, una economía y una política humanas pueden ser construidas.
¡Cuántos pecados hay en la historia cristiana que podemos reconocer visibles! ¡Tangibles! ¡Cuántos crímenes y asesinatos! Nos lo echan en cara constantemente como si nos avergonzaran. ¡No los ocultamos! Lo que sorprende no es el pecado ni el escándalo. Lo que sorprende no es que el mundo sea mundo. Lo que sorprende es la santidad, y la Iglesia siempre ha estado llena –y lo sigue estando ahora- de santidad. Lo que provoca sorpresa, estupor, asombro, y al mismo tiempo deseos de participar de su luz y de su gracia, es la santidad.
¿Pero qué es lo que produce un mundo sin Dios? Lo que produce nuestro mundo: desesperanza, tristeza y una desvalorización cada vez más radical. Pocas imágenes en la historia más tristes que la que han ofrecido nuestros parlamentarios aplaudiendo lo que por fin se ha convertido en un derecho: matar a niños en el seno de la madre. ¿Y a eso lo llaman progreso? Se promulga una ley que pone a miles de profesionales (médicos, enfermeras,…) -sobre todo, a ellos- en situaciones muy similares a las que tuvieron que afrontar los médicos o los soldados bajo el régimen de Hitler o de Stalin, o en cualquiera de las dictaduras que existieron en el siglo XX y que realmente establecieron la legalidad de otros crímenes, menos repugnantes que el del aborto. Porque es de cobardes matar al débil. Hubo en la Edad Media -en esa preciosa Edad Media que nadie se atreve a recordar porque tampoco es políticamente correcto- una orden militar cristiana donde los caballeros hacían el juramento de no combatir nunca con menos de dos enemigos a la vez, porque para un caballero cristiano era indigno combatir de igual a igual con quien no era cristiano.
El mundo puede llamarlo estupidez. Yo le llamo valor. Pero matar a un niño indefenso, ¡y que lo haga su propia madre! Eso le da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella, y se la traga como si fuera un derecho: el derecho a vivir toda la vida apesadumbrada por un crimen que siempre deja huellas en la conciencia y para el que ni los médicos ni los psiquiatras ni todas las técnicas conocen el remedio. Sólo existe una medicina para este crimen: el perdón, medicina que sólo conocemos los cristianos. Un médico que haya practicado cientos de abortos y que algún día caiga arrodillado, asombrado de su propia mezquindad humana, es abrazado por el Señor. Una adolescente engañada por el chico que abusó de ella o por sus padres, o por la imagen que tiene de sí misma, siempre tendrá en la Iglesia una casa, una familia y una madre.
Ayer mismo me referían el precioso testimonio de un niño deforme que había nacido sin un brazo y una pierna. Hoy casi es un adulto. Me contaban la alegría con la que vive su situación, cómo se baña en la playa junto a sus amigos con su brazo y su pierna ortopédica, y me decían que esa risa no existiría hoy en la creación si una madre hubiera decidido que no era estéticamente correcto tener un niño así.
Queridos hermanos, el mundo está en tinieblas, y un mundo así está abocado a la violencia y al pecado, al abuso de los hombres con los hombres. Esta licencia para matar no es más que un primer paso de la pérdida de libertad en nuestra sociedad, el primer paso –gravísimo- que anuncia que estamos ya en una nueva y terrible dictadura -¡terrible!- y que la libertad es una palabra vacía, porque el Estado tiene el poder de decidir para qué sí o para qué no somos libres, de decidir quién tiene derecho a vivir y quién no, qué es lo que tiene que haber en nuestra conciencia, cómo llamar a las cosas, o cómo deben ser nuestras relaciones humanas, incluso las más íntimas, qué es o no un matrimonio. No es una dictadura, no, es el tipo de autoritarismo tiránico de las sociedades primitivas. Y nosotros lo permitimos con una pasmosa tranquilidad, lo consentimos sin alterarnos porque el show tiene que continuar, porque tienen que seguir el consumo y la fiesta. Hoy toca fiesta, no se sabe por qué.
Porque si se celebrara o se tuviera realmente conciencia de lo que significa que Cristo ha nacido, sería imposible no vivir estas fiestas con un corazón grande y sencillo que no necesita gastar casi nada, que sólo necesita la amistad y los afectos de unos por otros, regalos que no tienen precio y tan sencillos como que estéis cerca o que alguien juegue más con sus hijos. Que Cristo haya nacido significa que toda vida es sagrada, no sólo desde su concepción, sino desde toda la eternidad. Hemos sido amados y queridos por Dios, antes incluso de que hubieran nacido nuestros padres. El ser humano no está por encima de Dios. Puede destruir su obra, como podemos destruir este mundo o millones de vidas con una bomba atómica, pero la herida que deja en nosotros, en nuestros hermanos y en la tierra, el retroceso que significa para la humanidad en tanto que humanidad, en tanto que seres capaces de usar la razón, la libertad y el amor que nos definen frente a las demás especies animales, es enorme. Es la humanidad la que retrocede con este genocidio silencioso al que se nos invita y que ahora se promueve, genocidio que se impone a ciertos profesionales como si fuera una obligación –repito: el mismo tipo de obligación que las que tenían los oficiales en los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald en los que no podían rebelarse porque eran órdenes superiores-.
Nosotros no tenemos que luchar contra nadie, tan sólo celebrar bien la Navidad, la Eucaristía. Sólo tenemos que ser lo que somos, expresar que porque Cristo ha nacido toda persona -hasta el anciano con demencia senil más humilde y pobre, hasta el muchacho deforme- es la imagen viva del Dios que es amor, del Dios que se ha entregado por nosotros para rescatarnos del pecado y la desesperanza.
El tono de mis palabras puede haceros pensar que estoy haciendo campaña. Ni mucho menos. Se trata de libertad, libertad que no la dan las leyes, sino que nace de Dios, y que nadie nos puede arrebatar. Libertad para vivir y amar al mundo, a las personas, y amar no con un amor místico, ¡sino con el amor humano en el que se ha encarnado el Hijo de Dios! Cada uno en su vocación y en su puesto puede querer apasionadamente a las personas que el Señor le pone delante: jefe, compañeros de trabajo llenos de envidia, gente insoportable, o ese familiar que siempre te echa en cuenta cosas que se imagina.
Os doy dos consejos muy sencillos para vivir la Navidad. El primero es que nos paremos un momento a adorar al Niño Jesús en el Belén que hay en vuestras casas. El significado del Belén es que vuestra vida, la de vuestros hijos, la de cada persona con la que nos cruzamos por la calles es preciosa, que cada vida vale más que todos los retratos del Museo del Prado, porque es una imagen viva y hablante de Dios. ¡Eso es la belleza!
Pararos un momento y explicadle a los niños que vivimos de una forma distinta al mundo porque sabemos esto, no simplemente porque lo creemos, sino porque tenemos la experiencia que nos ha entregado la Iglesia, la experiencia de que a la luz del Belén, como a la luz de la mañana de Pascua, es posible, en medio de un mundo de pecado, vivir entre nosotros una humanidad bellísima, incomparable, donde se ve a Dios en cada rostro humano de cualquier lengua y clase social. ¡Pararos un momento para daros cuenta! No significa eliminar las celebraciones normales con turrón y champán. Precisamente, es esto lo que les da sentido. Porque si falta este sentido entonces uno puede comprender a las personas que dicen que son las fiestas más tristes, porque les falta un hijo o porque les ha sucedido cualquier otra desgracia. ¿Cómo abrir entonces una botella de champán? ¿Cómo cantar y celebrar entonces la alegría? ¡Claro que sí! No a lo mejor con la superficialidad de muchas cenas o villancicos tal como los celebramos o vivimos en ocasiones, pero sí con la conciencia de que gracias al nacimiento de Cristo el llanto por un hijo muerto no es la última voz que resuena en la creación. Por todas partes resuena otra voz mucho más poderosa que abraza hasta al pecador más terrible, un voz cuyo amor lo único que hace al ver nuestra miseria es llorar por nosotros. Jesús le dijo a las mujeres: “No lloréis por mí” (Lc 23, 27-31), porque estaba desempeñando su oficio, ¡el oficio de amar! “Llorad más bien por vuestras y por vuestros hijos”. Éste es el primer consejo: pararse un momento para ser conscientes de ese amor.
El segundo es éste: pensad en diez regalos que no se compren, de los que no cuestan, regalos que valen mucho más que los que se pueden comprar. Dádselos a vuestra mujer o a vuestro marido, decidle algo a la persona que no soportáis en la cena, responded con amor a una ofensa y no entréis en su juego, escuchad unos minutos a la persona que no aguantáis sin protestar interiormente, haced algo que sea bello, que os construya.
En un pasaje de un evangelio apócrifo se dice que Jesús caminaba con sus discípulos cuando se toparon con el cadáver de un perro descomponiéndose. Los discípulos le dijeron: “Jesús, qué mal huele”, pero Jesús les hizo notar que sus dientes eran muy blancos. No hay, pues, ser humano por el que no podamos hacer esto. Ése es el regalo que tenemos que aprender para extender así el testigo del amor, el tejido de la Iglesia. No os olvidéis de intentarlo. Si no podéis diez haced cinco, y si no, dos. Pero no dejéis pasar la Navidad sin hacer un regalo de los que no se pueden comprar o pagar. Porque no tienen precio.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Esto de sobrevivir al fin del mundo... ¡Mayas, no pudieron conmigo!


A lo largo de la historia, muchos falsos profetas y charlatanes han dado fechas del fin del mundo, sin ningún acierto. Pero, ni con ello mucha gente comprende y cae inocentemente en esos engaños.
Los medios han sido muy alarmistas con esto del fin del mundo, y qué decir de los que han dado connotaciones esotéricas a eso (tipo New Age, "energías" y toda la parafernalia). De todos modos, yo sabía que no caería en ningún engaño, porque sé que el fin puede ser en cualquier momento y de manera inesperada.
De todos modos, no tuve un día del otro mundo: me levanté más temprano de lo usual para la última clase del año, fui el centro, me volví a encontrar con una amiga que no veía en mucho tiempo, conversamos del tema, busqué regalos, vitrineaba, llegué a casa, luego fui al hospital a ver a un tio, volví a casa a almorzar y viendo la película del Papa Juan Pablo I (porque tanta lesera del fin del mundo me aburrió), luego dormí siesta como nunca, fui a Catedral, me di otra vuelta y llegué a casa. No fue nada del otro. Y ayer, en el caso hipotético que el día sgte. ocurriera el fin del mundo, lo aproveché muy bien: fui con una amiga a ver un concierto de Navidad, nos emocionamos con los villancicos (personalmente, se me arrancaron algunas lágrimas), reimos después, conversamos, chacoteamos, hasta tuvimos un ínfimo round de cosquillas.
Con todo ello, Él ya dijo que nadie sabe la fecha ni el día ni la hora: ni los ángeles, ni siquiera el Hijo, solo Dios lo sabe. Además de las advertencias de los falsos profetas que se hacen llamar apóstoles de Cristo, los que persiguen a la Iglesia de Cristo, las señales en el Cielo y en la Tierra, los conflictos inevitables entre naciones, avisos de la cuenta regresiva para ese día que no significa el fin inminente, pero que avisa.
Más que preocuparse por salvar su integridad antes del fin comprando kits o bunkers por los supuestos "3 días de oscuridad", es necesario salvar la propia alma. Un exámen de conciencia nos ayudaría bastante: alguna calumnia contra alguien, las veces que no ayudé a quien me necesitaba, o si me he hecho de oídos sordos, esas cosas y más son las que nos deberíamos ocupar en vez de perder nuestro tiempo en juntar agua u ocultarse en algo para el supuesto fin del mundo... de todos modos, al ser todo destruído, todo sirvió para nada, pero el arrepentimiento nos ayuda a estar preparados para el día en que Él nos convocará o bien, cuando nos llame.
Cada vez que leo el Apocalipsis no me asusta, sino que me llena de alegría, lejos, es uno de los libros más hermosos de la Biblia (luego del Evangelio, por supuesto). No es la ira ciega, sino el rescate de Dios en ayuda de su pueblo venciendo al Maligno y compartiendo todos de la Gloria Eterna.
Y para quienes no sepan, especialmente quienes se hacen llamar cristianos pero no viven como tales, les aviso que en cada misa pedimos el fin del mundo (que ocurrirá con la Parusía, es decir, la Segunda Venida de Cristo, pero triunfante) ¿Qué no puede ser? ¿Qué es mentira? No, es verdad, incluso se los recordaré: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ¡Ven Señor Jesús!" ¿Y qué tal esta? "Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas!". las veces que decimos "Cordero de Dios" se encuentran en el Apocalipsis, el rito de comunión describe el banquete celestial (del que Cristo hace muchas referencias en sus parábolas), y así podríamos seguir hasta darnos cuenta que el Apocalipsis "describiría básicamente una Misa".
Donde unos ven destrucción, yo veo Salvación... porque tengo fe.
 
 
 
P.D.: Aprovecho de avisar que he vuelto a ver 31 Minutos, una serie de títeres bajo un formato de noticiero que estaba muy adelantada a su época, en un capítulo que trataba precisamente sobre el fin del mundo... pero nunca decía como ocurriría ni en que se basaba ni nada de eso, con ello bastaba para que todos se dejaran llevar por la histeria colectiva. Un capítulo algo bizarro, pero buenísimo. Por eso la imagen del personaje del profeta Isaías y su concepto del fin del mundo. El capítulo está en youtube. Se los recomiendo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Tired and bored! Please, no more!: Más desenfado, con vistas al próximo año.


No sé como no se cansan de mandar más trabajos y evaluaciones, y es más, no sé como algunas ceremonias de egreso de la enseñanza básica y media se realizan en jornadas de la mañana. ¿Acaso no se han puesto a pensar alguna vez que sus seres queridos no podrán ir en horas de la mañana, cuando están en horas de trabajo o estudio? Lo digo porque como esas ceremonias son un poco largas, no podré ir a la licenciatura de mi amiga, poque tengo clases. Ella sabe que no podré estar presente aunque he deseado estar presente en un momento tan especial para ella, me dijo que solo tenía que cumplir con mis deberes. Pero aún así, me apena no poder estar presente.
Ese es el clásico panorama de cada fin de semestre y de fin de año: evaluaciones a última hora que "casualmente" coinciden en la misma semana y nos dejan con la sensación de mandar todo a la mísmisima "nosecuanto", dolores de cabeza, estrés, insomnio, cansancio, deseo de vacaciones, ausencia de vida familiar y personal, andar huraño y de mal genio todo el rato, y todas esas calamidades propias de un sufrido estudiante que lo único que no desea es "ser esclavo del sistema".
Recuerdo que al finalizar el semestre pasado al ir al médico cuando tuve un episodio de estrés, él me dijo que si uno está cansado, es porque se está esforzando y así surgen los campeones, así que -me dijo- que debería sentirme afortunado. Es cierto eso, pero igual cansa aquello de que "estudia por ahora, porque después cuando trabajes en lo que te gusta, vas a estar cag... de la risa ganando tus lucas". Si, como no, como si no existieran los jefes... Y esa sensación de terminar algo para luego recibir otro problema por resolver, es horrible, espantoso. Espero que mi amiga tenga la misma paciencia que yo cuando ella ingrese a la universidad, porque sé que le irá muy bien en la PSU y tendrá el puntaje suficiente para acceder a la carrera que ella desea estudiar con todo su corazón.
Por el momento, creo que para el próximo año deberé juntar dinero por si ella es víctima del "mechoneo", esa zoquetada de sumergirte en un charco lleno de sustancias inimaginables de connotación escatológica y rompiendo tu ropa a tijeretazos, todo esto contra tu propia voluntad, realizado por los cursos mayores para obligarte así a pedir dinero en la calle. Con un aspecto humillante y sumando a eso el calor imperante, despidiendo un mal olor. ¿Y esa plata para qué? Para fomentar vicios a los giles que solo buscan hacer "fiesta" (creerán que uno es w...). Yo soy partidario de lo siguiente: si van a querer dinero, que no se ensañen con los estudiantes nuevos, cortándoles el pelo y la ropa a tijeretazos, degradando de esa manera su dignidad de persona humana so pretexto de "bien-venida". Y si quieren dinero, en vez de hacer maldades con los nuevos compañeros, que hagan lo siguiente: que hagan "vaquita", que trabajen, si no tienen dinero entonces que le pidan a sus papás o si no, entonces que se vendan "al mejor postor", pero que no los usen para fomentarles su exceso etílico a costa de otros. No quisiera ver a mi amiga en ese estado lamentable, por eso pensaba en juntar dinero para que no se exponga a estas humillaciones. Ella asume que eso "socialmente es aceptado" por mucho que le expliqué aquello de la dignidad del ser humano. No considero aquello como una bonita forma de acogida a los nuevos compañeros. En otras universidades, los "mechoneos" son más civilizados y agradables: una pequeña reunión compartiendo cerveza mientras se conversa y se ríe, un asado en el que todos comparten y la pasan bien, o una jornada de competencias y alianzas entre carreras con bandos de colores y elecciones de reina y esas cosas (en el caso de mi universidad), pero que no haya de por medio alguna clase de degradación.
Lamentablemente, no todos tienen una concepción civilizada del sentido de acogida y la verdad, no me gustaría que mi amiga esté expuesta a esta vejación. Así que para el próximo año a juntar dinero en mi chanchito alcancía para que ella no se humille con sus ropas hechas harapos y con olor de estar sumergida en un charco de pescado muerto y sopa de 2 semanas con otras sustancias "fisiológicas".
Por mi parte, tuve la suerte de ingresar en una universidad donde hay un sentido de civilización y respeto a los demás. Si intentaran mechonearme de manera bruta, me defendería con uñas y garras sin importar si me gano el odio de algunos, porque lo importante es el amor y el respeto que se tiene uno mismo. De todos modos, no iría en los primeros días de clase pero... ¡Ay de aquellos que se atrevan a ponerme una mano encima!

lunes, 3 de diciembre de 2012

¿3 días de oscuridad y desastres antes del fin del mundo? No, gracias: un mensaje con desenfado.

 
Ahora que es diciembre, comenzando la cuenta regresiva con el tiempo de Adviento, coincidiendo además con la PSU para aquellos chiquillos egresados de la enseñanza media y que con esta prueba de dos en los ramos principales buscan alcanzar puntaje para ingresar a la universidad y estudiar lo que ellos desean (ánimos para mi amiga que está dando la PSU, sé que ella lo logrará) pero lamentablemente el lunes se encargará de querer arrebatarme los ánimos.
Justamente, el tiempo de Adviento comenzó con avisos de desastres en el Evangelio de San Lucas, lo cual no es una invitación al caos desenfrenado sino a volver la mirada a Él, con esperanza y alegría. El sentido profundo de Adviento va más allá del celebrar el cumpleaños de Cristo, sino que va con vista a la esperanza de su Gloriosa Segunda Venida.
Tal vez siga con flojera todos los lunes en la mañana, pero doy por avisado que no permitiré que nadie arruine mi espíritu navideño: ya sean los trabajos, la universidad, el exceso de cosas para poco tiempo como si no tuviéramos vida (tengo amigos con los que debo juntarme, tengo una familia con la que debo compartir, tengo una parroquia en la que debo participar y asistir), las protestas, los sismos, los accidentes de tránsito, las termoeléctricas, el tribunal de La Haya, los corruptos responsables del lucro universitario, los zoquetes que fastidian al prójimo con espíritu de Grinch durante los 365 días del año (sean escépticos de espíritu insolente, amargos, refunfuñones, o lo que se parezca), los de la oposición, nadie. Ni siquiera los mayas me van a arruinar mi Navidad, ni los falsos profetas, ni siquiera el caos colectivo que han desatado en la pobre gente que ha pecado de ignorante con su credulidad en esos tipos, porque yo no permitiré que llenen de calamidades un hecho del que no sabemos ni el día ni la hora pero que sabemos que tal día será glorioso como nunca (esto será en el momento de la Parusía, entendido como Segunda Venida). Así que: ¡No se saldrán con la suya!
Total, no va a pasar nada el 21 y celebraré Navidad como corresponde, sin que nadie me joda. Y después, para el próximo año veré la película "2012" y me reiré a carcajadas.

sábado, 1 de diciembre de 2012

El fin del mundo y las personas con capacidades diferentes: una gota de esperanza en un mar de caos.


Últimamente se ha hablado en cualquier punto del orbe sobre el supuesto fin del mundo, pero en el país se habla de la Teletón, en favor de los niños y jóvenes discapacitados en el que se recaudan fondos para su rehabilitación y con 27 horas de transmisión ininterrumpida con personalidades de la televisión, incluso políticas y dejando de lado cualquier tipo de diferencias. Sobre el fin del mundo y la discapacidad (para ser más exacto, con el trastorno del Síndrome de Down) quiero compartir en este post sobre la relación que existe entre estos elementos con lo que he escrito sobre un libro leído.
Leo con frecuencia a Morris West no porque fue católico, sino porque fue un hombre bastante comprometido y crítico con sus creencias, tocando problemas y preguntas sobre el ser humano, su existencia y el rumbo de su vida. Escribió sobre problemas humanos y reales, pero en clave de ficción, sobre política o religión o ambas cosas. Uno de sus libros es "Los bufones de Dios" (el que trataré ahora), y quisiera compartir algunos fragmentos referentes a los niños con "capacidades diferentes".
Esta obra trata sobre un futuro Papa (ficticio), el francés Jean Marie Barette (más conocido como Gregorio XVII), recibe de manera privada una visión beatífica en el que Cristo le anuncia que el fin del mundo está muy cerca (debido a problemas políticos entre los países que terminaría con una gran guerra) y que Jean Marie debe alertar a la humanidad para prepararse tras pedir insistentemente a Dios la ayuda para guiar a la Iglesia de la mejor manera. Él escribe una encíclica sin alcanzar a publicarla (este escrito significaba su salvación o el caos colectivo, exponiendo su prestigio), ya que su secretario personal la encontró y distribuyó copias de ésta al Colegio Cardenalicio y por esto es obligado a abdicar y a firmar un documento, alegando "motivos de salud". Nadie le ha creído que le ha sido revelada la llegada inminente del fin del mundo y por consiguiente, la Segunda Venida de Cristo.
En un momento de la obra, Jean Marie sueña con Cristo, que tomó en sus brazos a una niña con Sindrome de Down, y tras acariciar su pelo, le pasa la mano por la cara, despareciendo sus rasgos característicos:

"-Yo tomaré a la niña.
-No. -Jean Marie sintió un súbito espasmo de terror y retrocedió contra la muralla rocosa. Buscó un sitio donde sentarse y allí se acomodó, meciendo en sus brazos a la pequeñuela. El joven se puso de pie y ofreció el pan y la copa de agua. Cuando vió que Jean Marie rehusaba, comenzó a dar a la niña pequeños pedazos del pan y diminutas gotas del líquido. De vez en cuando le acariciaba la mejilla y despejaba sus ojos del cabello que los cubría. Pidió una vez más:
-Te ruego que me dejes tomarla. No sufrirá daño alguno.
Cogió a la niña y bailó con ella hasta que ella rió, acercó su rostro al de él con ternura y lo besó. Y bruscamente dejó de ser una mongoloide para transformarse en una perfecta y preciosa niña, tan bella como la muñeca de una princesa.
El joven la levantó para que todos la admiraran. Sonrió a Jean Marie y le dijo:
-Como puedes ver, doy nueva vida a todas las cosas."
Conforme quedan pocas páginas al libro, la destrucción se avecina tras una peste y los problemas políticos y ecónomicos irremediables a escala mundial, mientras Jean Marie, en época de Navidad, con otros adultos de diferentes razas se refugian con muchos niños con Sindrome de Down y otras deficiencias en un valle, como han hecho otros muchos grupos por toda la tierra. Entre ellos se encuentra un joven, Maran Atha, el terapista de Jean Marie cuando había sufrido un accidente vascular encefálico, que deja ver que es en realidad Cristo. Como el ex-Papa duda de ello, incluso se ofende por la familiaridad con que esta persona maneja los simbolos más sagrados del cristianismo (levantar en alto el pan y el vino y agradecer a Dios), se produce la siguiente escena:
"Hubo un largo silencio. Luego el hombre que se llamaba a sí mismo Jesús extendió las manos.
-Deme a la niña.
-No. - En le momento mismo en que retrocedía, asustado, Jean Marie se dio cuenta que todo ello había sido anunciado en su sueño.
-Le ruego que me permita tenerla. No sufrirá daño alguno.
Jean Marie miró alrededor de él los rostros de los comensales. Pero no halló en ellos ninguna respuesta. Levantó a la niña de su alta silla y se la pasó al señor Atha a través de la mesa. El señor Atha la besó y la sentó sobre sus rodillas. Remojó un trozo de pan en el vino y, bocado por bocado, fue dando de comer a la niña, mientras hablaba, suave y persuasivamente.
-Sé lo que está pensando. Necesita un signo. ¿Qué mejor signo puedo yo darle que hacer de esta niña una persona nueva y sana? Podría hacerlo, pero no lo haré, porque soy el Señor y no un mago. A esta niña le he regalado algo que ninguno de ustedes posee: la eterna inocencia. Para ustedes puede ser imperfecta, pero para mí está sana y entera, como el capullo que muere sin haberse abierto, o el pajarillo que cae del nido y es devorado por los insectos. Ella nunca me ofenderá, como lo hacen ustedes. Nunca pervertirá o destruirá la obra de mi Padre. Ustedes la necesitan, porque ella siempre evocará la bondad que los ayudará a ser cada día más humanos. Más aún, ella servirá para recordarles diariamente que soy el que soy, que mis caminos no son los de ustedes y que ni la más insignificante partícula de polvo que gira en las tinieblas del espacio cae fuera de mi mano. Yo soy el que los ha elegido a ustedes. No son ustedes los que me han elegido a mí. Les dejo, como signo, a esta niña. Cuídenla como un tesoro".
Aunque es un explicación para algunos, poco satisfactoria para la pregunta del por qué, al menos para mí da una pizca de sentido. Porque realmente nos damos cuenta que vivir con estas personas, estos niños, es un privilegio. Por muy grande que sea nuestro dolor con su llegada o con su marcha, siempre será más grande el amor que nos dejan. Siempre están con nosotros esa mirada plena, esa sonrisa, esa sinceridad y poca verguenza que a lo mejor nos puede molestar o sonreir (incluso en la parroquia, un niñito con Síndrome de Down, es el alma de la comunidad y recuerdo que una vez que me pidió que lo cogiera en brazos, me dió un abrazo que casi me emocionó hasta las lágrimas). Ese amor irrenunciable. Amemos a nuestros niños, hayan muchos o pocos, no dejemos de amarlos y respetarlos (especialmente a los niños que poseen capacidades diferentes). Estadísticas dicen que las tasas de natalidad decaen. No sé si es la polución, la infertilidad, los métodos de anticoncepción, los controles de natalidad o el lobby abortista y genocida que ingresa la opción "eliminar" a los niños que nacerán con problemas de discapacidad bajo pretexto de "humanidad" y "para que no sufra en el futuro". ¿Cuántas personas que nosotros consideramos "discapacitados" han salido adelante y luchan contra viento y marea, dándonos verdaderas lecciones de vida? Ejemplo de ellos son todas las diversas historias de niños, hombres y mujeres que han pasado por la Teletón y su espirítu de superación, en familias pobres o pudientes.
No apartemos a los niños de nosotros y no nos dejemos avenjentar pues el día que pidamos tiempo para razonar, orar, amar y trabajar, tal vez sea muy tarde para merecerlos.
De verdad que no quiero imaginar ni que se concrete un mundo sin niños (como en la película "Children of men") con errores que se están cometiendo en el presente.
Aunque sé que el 21 de diciembre de 2012 no pasará nada, estos testimonios y estas 27 horas de amor para recaudar fondos para todos los centros Teletón a lo largo de Chile (y del que faltan más dependencias en otras ciudades) nos llenan de esperanza y un espíritu de resiliencia.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Réquiem por una flor


Perdón si hace semanas no he escrito ni publicado nada, pero no es desánimo. Es falta de tiempo por mucho que esté organizado. La universidad, los trabajos, las actividades pastorales y mi tiempo libre me quitan tiempo para pensar y escribir en el blog, cosa que me he lamentado mucho. Pero por ser el día de hoy un momento especial a nivel de dignidad humana, no dejaré pasar este día como para dedicar un texto que escribí hace tiempo con motivo de dicho día.
Hace dos años, escribí esta pequeña obra con motivo del día contra la violencia de género, especialmente hacia la mujer. No fue un pedido especial, sino que una manera personal de cariño hacia la mujer y algo movido por el dolor de la injusticia de los casos de asesinatos contra mujeres, hayan cometido algo malo o no, pero que ningún ser humano merece ser tratado de esa manera.
Es increíble que a estas alturas, ´nos llenemos la boca diciendo que la mujer ha jugado un papel importante en la sociedad... cuando en realidad la han convertido en un trapo para limpiar que un hermoso papel para contar sus aportes. No me considero un feminista, menos un machista, pero si soy una persona que cree en la diferencia entre hombre y mujer en cuanto a roles y responsabilidades, pero no por ello desiguales (iguales en dignidad, derechos, ante la ley y ante los ojos de Dios).
De alguna manera, se dice que el hombre es el que aporta el carácter y la fuerza, y la mujer es quien llena de ternura y cariño nuestra existencia (además de confortarnos y llenarnos de valor cuando no estamos bien). Por esa razón trato de corresponder a ello con mis muestras de respeto y cariño a mi madre, a mi hermana, mis primas, mis amigas y también a mis compañeras de la universidad.
Volviendo a la obra, la escribí manteniendo la estructura de la antigua misa de Réquiem (o de difuntos), adaptando el texto y cambiando algunas cosas para dar un carácter contemporáneo y social pero al mismo tiempo, conservando el estilo apocalíptico y con un estilo similar y personal a dicho género literario. Corregí y he agregado muy pocas cosas, además de agregar en cada parte del réquiem un enlace musical que más o menos, me ha inspirado para escribir la obra o lo que trata de manifestar en la melodía (a manera personal, adecuándolo al texto).
Las obras que acompañan la obra, no fueron escogidas por casualidad, las únicas voces masculinas son de coro, las obras en que hay voces solistas son solamente mujeres, de modo que las voces femeninas están en toda los enlaces musicales. Están tomadas de obras de música clásica y otras de algún soundtrack, muchas de ellas pertenecen a algún réquiem.
Está en cada uno de nosotros no callarnos, tener el valor suficiente de acompañar y dar nuestro apoyo si vemos alguna forma de maltrato y no ser indiferentes. Para ellas, es un camino dificil... pero no imposible. Su propia felicidad depende de ellas mismas. Hace un tiempo, una amiga me contó que su novio le golpeó y ella lo dejó, pero éste decía que la culpa era de ella. Como no había hecho denuncia, le dije que lo hicierra y si tenía miedo, que la acompañara su madre, pero que lo hiciera para que otras mujeres no sufran lo que ella sufrió.
Pero, queda un trabajo titánico en erradicar la guerra sexista y la competencia entre hombres y mujeres. Recuerdo que una vez, el obispo D. Gaspar dijo durante una entrevista: "Hombres y mujeres no están para competir, sino para compartir".
Pues bien, aquí va mi texto: "Réquiem por una flor".

"Lilium" OST ELFEN LIED

Introito:
Dale Señor el descanso eterno, y que brille para ella la luz perpetua.
Dale Señor el amor que ella no pudo recibir y que no cese de ser consolada eternamente.
Los ángeles lavan sus pétalos de colores, ocultos por la estadía en el infierno.
Sus seres queridos claman ante Tí por la sangre de tan bella flor,
pudiendo hacer algo más antes, solo hay lamentos
y en todo el mundo le ofrecen flores regadas con lágrimas.
Sus plegarias se dirigen hacia quien van todos los mortales:
a Tí, Piadoso Señor.
 
 
"Wenn ich einmal soll scheiden" La Pasión según San Mateo de J.S. Bach.
Gradual:
No solo los justos sino también las inocentes quedarán en el recuerdo eterno,
siendo borradas sus faltas con sincero arrepentimiento.
Por eso, los publicanos, las prostitutas,
las mujeres maltratadas,
los abandonados de la sociedad,
los que están hartos del dinero,
los abortados, los que no pudieron nacer
por causa del exceso de anticonceptivos
y de la corrupción de personas convertidos en fraticidas,
y a quienes están necesitados de amor
serán los primeros en entrar al Reino de Dios.
 
"Liliana" OST EL SECRETO DE SUS OJOS (Federico Jusid)
Penitencial:
Señor ten piedad de nosotros,
pues ignorando esta flor Te hemos ignorado,
olvidándola te hemos olvidado
y hemos pecado contra Tí.
Muéstranos Señor Tu misericordia
y danos tu salvación.
 
 
"Tuba mirum" Réquiem de Héctor Berlioz.

Secuencia. Dies irae:
Día de la ira, el día que sentirá la bestia
que los días se le reducirán a cenizas.
¡Cuánto temor lo embargará cuando ante el tribunal sea juzgado
y no pueda ocultar su crimen solo con contradicciones e indiferencia!
De sus oídos no podrá bloquear el sonido admirable de la sirena
como si fuera la trompeta final llamando al mundo,
por las calles de la ciudad captando a transeúntes y periodistas.
Todos se asombrarán al ver las manos ensangrentadas de la bestia
respondiendo ante el juez mientras éste lee su libro de vida
en voz alta como de arcángel y apenas tome asiento,
lo escondido saldrá a la luz, quedando nada sin castigo
(¿Sin castigo? No lo sé, eso depende de nuestros sistemas penales)
¿Qué dirás tú? ¿Negarás que amputaste esta flor de la tierra?
¿A qué abogado acudirás cuando ni siquiera los justos están seguros?
No me digas nada, no soy juez ni jurado ni verdugo.
Nada puedo decir pues no soy blanca paloma, solo rezo:
Sálvame, fuente de piedad, Rey de tremenda majestad.
Recuerda que somos la causa de Tu Calvario, no nos pierdas de Tu Vista.
No sean en vano las marcas de Tus clavos
ya que te he buscado y fuí redimido en ese día.
Apiádate de mí, la culpa enrojece mi rostro,
no soy capaz de arrojar siquiera una piedra a esa bestia descontrolada que grita como reo.
No sé si esta plegaria es digna pero confío
en tu eterna bondad para no terminar en el fuego sempiterno
en que los malditos son arrojados.
Y a aquella flor destrozada, perdónala Señor.
Quienes la amaron en vida, te lo suplican con el corazón roto y con rodillas suplicantes,
te confían su alma y no cesan de pedir justicia,
su sangre derramada clama ante Tí como la de Abel
en manos de su hermano.
 
"Recordare" Réquiem de Andrew Lloyd Webber
Ofertorio:
Las flores arrancadas sin piedad,
los cuerpos con insultos grabados en la piel,
la sangre y la dignidad esparcidas en el suelo,
las lágrimas escondidas, flores y mariposas destrozadas,
las novias que no alcanzaron el altar
y las súplicas que no alcanzaron a pedir
sean liberadas del lobo y del león,
de los sexistas, del salvajismo,
de la explotación sexual,
y de la discriminación para no ser engullidas por las fieras
en las calles de aquellas estructuras de pecado
ni se pierdan en sus tenebrosas brumas
sin saber a quien acudir.
Varones bondadosos vestidos de blanco
las introduzcan en la gloria eterna.
En sacrificio, hombres y mujeres
te ofrecemos súplicas y alabanzas.
Acéptalas en nombre de aquellas hermosas
y libres almas cuya memoria hacemos hoy.
Hazlas pasar de la muerte a la vida, Señor,
como habías prometido a Abraham y toda su descendencia.
 
"Sanctus" Requiem de Verdi
Sanctus:
Santo es el Señor, Dios del Universo.
Señor bajo, en, y sobre la Tierra
que está colmada de Tu Gloria.
En el Cielo y en la Tierra cantan Hosanna
al Bendito que viene en Tu nombre,
al Alfa y Omega,
al Principio y al Fin,
al Dueño del tiempo y la eternidad.
Cantan Hosanna en las casas,
en las calles, en la playa,
en los hoteles, en las oficinas,
en las reuniones, en los satélites,
en las universidades, en las empresas,
en las redes informáticas,
canta toda la Tierra tu majestad
como gran eslogan,
el Universo entero proclama
tu grandeza y humildad.
 
"Domine Deus, Agnus Dei" Gloria de Vivaldi (Mauda Brunet)
Agnus Dei:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
que no supimos darnos cuenta de lo que le sucedía,
que no fuimos capaces de ayudarla,
que nos faltó coraje para defenderla,
que bajando el perfil a la situación la silenciamos con nuestro silencio.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
porque le dimos la espalda cuando nos necesitaba,
porque no le dimos crédito a sus palabras,
porque la hemos dejado de mentirosa y malvada,
porque nos empeñamos en buscarle defectos a todo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dale el descanso eterno
ya que ella no merecía todo esto, merecía un mejor trato,
ya que ella dió todo de sí hasta más no poder,
ya que pudiendo renunciar a todo no lo hizo
y ya que no fuimos capaces de ayudarla, recibirá mejor consuelo.
 
"Song of the Angel" OST CHILDREN OF MEN (John Tavener)
Comunión:
Que esta bella flor brille en tu jardín entre los santos, Señor,
pues eres misericordioso.
Que brille para ella la luz perpetua en Tu jardín para siempre, Señor,
pues eres misericordioso.
 

"Dies Irae" Réquiem de Karl Jenkins (hay dos versiones que me gustaron y nunca decidí cual agregar, así que agregué las dos: la versión original y otra que pertenece a una orquesta española dirigida por una mujer). Ustedes mismos escojan.
Libera me:
No siendo yo aquella bestia, líbrame de todo crimen
al temblar cielo y tierra
tras la sentencia final con fuego.
Con mucho miedo, veo llegar el juicio y la ira.
Imagino el Día Final, semejante a este,
de ira, de calamidad y miseria, grande y amargo.
El mundo no para de pedirte
el descanso pacífico y eterno
de la bella flor.
La tristeza se desencadena violentamente sobre los pueblos,
una tamaña catástrofe
como un terremoto de proporciones bíblicas:
Televidentes y radioescuchas, lloran su muerte a gritos;
sus amigas y hermanas del orbe, se enlutan;
las fronteras de la belleza, se estremecen
y se derrumban pues nunca debieron aparecer
y la memoria del clonador del canon estético, explotó,
porque la cifra que calculaba, 90-60-90,
no supo calcular la destrucción de las fronteras
y grande fue su ruina;
los consumidores y productores del comercio sexual y de tratas de blancas,
fueron asesinados y condenados bajo las justicieras espadas de los arcángeles;
la pornografía, se desvanece de la faz de la Tierra;
la morbosidad, se hunde en su miseria;
los trajes de las boutiques, se parten en dos;
los voyeristas, reniegan de su condición
y de sus becerros de oro;
los telones, se rasgan de arriba abajo;
los coros, se hacen oir en el responso;
en el mundo, periodistas no cesan de informar;
las portadas de revistas y periódicos, se tiñen de rojo sangre;
y la bestia asesina, avergüenza mi género
cuando en la florería pido una rosa
solamente para cuidarla
y darle todo mi cariño.
 
"The fall of roses" (Sanctus) - OST ANGEL SANCTUARY
In paradisum:
Su muerte se hizo pública:
Se cortan las calles de la ciudad
con barreras y fuerza policial
para el cortejo fúnebre,
el confeti y las coronas de caridad
son arrojadas desde los departamentos
con los lamentos de la ciudadanía,
las campanas gritan a los cuatro vientos
su canto de despedida,
todos la lloran mientras ven pasar el féretro,
la pena sube hasta la garganta
y embarga incluso a los músicos
de la banda de guerra
que presentan sus respetos.
Hasta el hombre más duro
derrama una lágrima:
algunos no sabían
o no se atrevieron a ayudarla,
pero nadie había hecho algo por ella.
Las oraciones del mundo escalan las nubes
como el incienso del turíbulo
que porta el acólito en la mano derecha
en el triste cortejo fúnebre de una bella flor,
pidiendo el coraje que necesitan
y misericordia para enmedar su error.
Viajando ahora en el féretro te despiden
en el cementerio
con lágrimas y sentados en la piedra,
con tierra en las manos se esparcen en el cuerpo
con penitencia en medio de lamentos.
La negra sotana, negra como la noche
pero que limpia almas
hasta dejarlas claras como el día,
implora misericordia, determinación y amor
para el mundo incesante
y falto de calor mientras
en esa travesía tú olvidas las amarguras
tras divisar una pequeña luz tenue
hasta que ilumina todo:
los ángeles que salen a tu encuentro
te recogen en sus manos,
te muestran ante los mártires,
quienes te conducen al regazo del Padre Dios y que Él,
te lleve hasta Su jardín
para que recibas el consuelo eterno.
Has muerto para el mundo no como corresponde
sino que de manera vil, pero ya eres libre
de toda pena pues todo lo anterior ha pasado
y ahora, el dolor no tiene cabida para tí.
Felices son tus ojos, mujer flor, que se durmieron en la paz del Señor.

 
"EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DE FEMICIDIO Y DE LAS MUJERES MUERTAS EN VIDA"


No quiero más descalificaciones ni ofensas ni discriminaciones ni agresiones ni malas noticias con situaciones llenas de crudeza y dolor...

¡Quiero igualdad, respeto, aceptación y cariño mutuos con afectos desbordantes y llenos de ternura con una grandeza del corazón y el alma!