Últimamente, ha sido noticia en estos días la acusación de abuso sexual hacia el Obispo de Iquique y su posterior presentación de su carta de renuncia a la Nunciatura Apostólica y ésta, posteriormente a Roma, han marcado una vez más la opinión pública y los cuestionamientos al clero. Renuncia que fue aceptada por el Papa al mediodía (hora italiana) a la vez que comunica a la Iglesia de Chile que la sede episcopal de Iquique está vacante, siendo nombrado como Administrador Apostólico el Arzobispo de Antofagasta Mons. Pablo Lizama (debido a que Iquique pertenece a la Provincia Eclesiástica de Antofagasta).
Por mi parte, en el blog prefiero no dar mi juicio ni mi opinión, puesto que como laico y bautizado soy miembro de la Iglesia, y no podemos dividirnos en esta crisis que a todos nos atañe. Si Marco Antonio órdenes decidió renunciar al gobierno de la Iglesia de Iquique, tendrá sus razones y aunque esto no me deja indiferente, no lo juzgaré.
No he sido puesto como juez en medio de la parroquia, mi familia o mis compañeros de universidad, por lo que prefiero corregir a alguien en privado, no en calidad de autoridad sino como alguien que nota algo que no le gusta. Prefiero mantener esa actitud porque no estoy libre de culpa, pecador me concibió mi madre, así que no me siento en condiciones de arrojar la primera piedra. Quienes persistan en mantener una actitud dogmáticamente crítica y rivalizante contra el Mandamiento del Amor, juzguen todo lo que quieran si es que desean seguidores o aparecer en los medios de comunicación, pero hacia ellos yo mantendré mi actitud de amigo y no de juez hacia todos (sean cristianos o no cristianos, buenos o malos, hombres o mujeres, no haré distinción de ningún tipo).
Algo que a nosotros nos traiciona es nuestra "mancha de nacimiento" conocida como Pecado Orginal, lo cual se entiende no como la creatividad de la falta sino la "carga genética" de nuestros primeros padres tras desobedecer a Dios (de ahí nuestra inclinación universal a hacer el mal que no queremos y de no hacer el bien que queremos).
Con esta explicación simplificada del pecado no pretendo presentar una excusa o justificar nuestros errores a lo largo de los siglos... pero no estamos determinados de manera fatalista a ello, pues por esta razón llegó Cristo a compartir nuestra humanidad y haciéndose semejante en todo, menos en el pecado. Esta afirmación significa que Él fue concebido sin el Pecado Original (nunca ha pecado) lo cual significa que el llorar, reir, comer y beber con otros, acercarse a pedir agua a una mujer, regañar, enojarse y demostrarlo, orar, perdonar, comer, dormir, sentirse tentado, etc., no son un crimen, lo cual se resume en esto: Dios al hacerse hombre (Jesucristo) hace que todo lo humano habla de Dios, lo cual nos lleva a otra conclusión: el pecado es lo que nos deshumaniza. Por eso tenemos nuestro libre albedrío, nuestra capacidad de razonar y decidir: el "Fiat" o el "Non serviam".
Con todo esto, Cristo prefirió confiar Su Iglesia a hombres, pudiéndo hacerlo él solito, pero es maravilloso darse cuenta que Cristo no mira nuestras faltas y necesita nuestra colaboración, llamándonos por nuestro nombre. Tampoco se fija en capacidades, lo cual deja de manifiesto al elegir al primer Papa de la Iglesia: a Pedro. Humanamente hablando, Juan pudo haber sido el primer Papa de la Iglesia: aunque del grupo de los Doce era el menor, el único que tenía escolaridad, intelectual con una profundidad teológica que deja de manifiesto en sus textos (Evangelio de Juan, sus Cartas y el Apocalipsis), fiel e incondicional acompañante de Cristo (en sus predicaciones, la Transfiguración, la Última Cena, el Huerto de los Olivos e incluso, el único de los Doce que lo acompañó en la cruz), pero Él quiso a Pedro como cabeza de la Iglesia. Su terquedad, sus arrebatos, su actitud a veces rústica, su escasa educación o su triple negación a Cristo no han sido ni serán motivos suficientes para que Cristo lo deje y nos deje.
Así también en la Iglesia inicial estuvo Judas Iscariote, de igual manera a lo largo de los siglos hay quienes traicionaron el Evangelio con sus ambiciones personales, su soberbia o sus faltas de la que algunos hermanos no cristianos usan nuestros errores para manchar la Iglesia de Cristo por el solo hecho de rechazar a Él. Y a pesar de lo que estamos viviendo en Iquique, en mi ciudad y en otras partes del mundo, la iglesia seguirá siendo un hospital de pecadores y no el hotel de los santos.
Agradezco además a un buen sacerdote amigo, que hoy me regaló el texto "Evangelios de la Biblia (en el año de la Misión Joven)" mientras en la Catedral fuí a entregar un disco de música al P. Gaspar. Este blogger al que ustedes leen, se siente motivado con este regalo e incentivo acompañado de estas palabras: "Este texto es para el primer joven que se lo voy a regalar".
A continuar con nuestra labor y a no bajar la guardia.
Por mi parte, en el blog prefiero no dar mi juicio ni mi opinión, puesto que como laico y bautizado soy miembro de la Iglesia, y no podemos dividirnos en esta crisis que a todos nos atañe. Si Marco Antonio órdenes decidió renunciar al gobierno de la Iglesia de Iquique, tendrá sus razones y aunque esto no me deja indiferente, no lo juzgaré.
No he sido puesto como juez en medio de la parroquia, mi familia o mis compañeros de universidad, por lo que prefiero corregir a alguien en privado, no en calidad de autoridad sino como alguien que nota algo que no le gusta. Prefiero mantener esa actitud porque no estoy libre de culpa, pecador me concibió mi madre, así que no me siento en condiciones de arrojar la primera piedra. Quienes persistan en mantener una actitud dogmáticamente crítica y rivalizante contra el Mandamiento del Amor, juzguen todo lo que quieran si es que desean seguidores o aparecer en los medios de comunicación, pero hacia ellos yo mantendré mi actitud de amigo y no de juez hacia todos (sean cristianos o no cristianos, buenos o malos, hombres o mujeres, no haré distinción de ningún tipo).
Algo que a nosotros nos traiciona es nuestra "mancha de nacimiento" conocida como Pecado Orginal, lo cual se entiende no como la creatividad de la falta sino la "carga genética" de nuestros primeros padres tras desobedecer a Dios (de ahí nuestra inclinación universal a hacer el mal que no queremos y de no hacer el bien que queremos).
Con esta explicación simplificada del pecado no pretendo presentar una excusa o justificar nuestros errores a lo largo de los siglos... pero no estamos determinados de manera fatalista a ello, pues por esta razón llegó Cristo a compartir nuestra humanidad y haciéndose semejante en todo, menos en el pecado. Esta afirmación significa que Él fue concebido sin el Pecado Original (nunca ha pecado) lo cual significa que el llorar, reir, comer y beber con otros, acercarse a pedir agua a una mujer, regañar, enojarse y demostrarlo, orar, perdonar, comer, dormir, sentirse tentado, etc., no son un crimen, lo cual se resume en esto: Dios al hacerse hombre (Jesucristo) hace que todo lo humano habla de Dios, lo cual nos lleva a otra conclusión: el pecado es lo que nos deshumaniza. Por eso tenemos nuestro libre albedrío, nuestra capacidad de razonar y decidir: el "Fiat" o el "Non serviam".
Con todo esto, Cristo prefirió confiar Su Iglesia a hombres, pudiéndo hacerlo él solito, pero es maravilloso darse cuenta que Cristo no mira nuestras faltas y necesita nuestra colaboración, llamándonos por nuestro nombre. Tampoco se fija en capacidades, lo cual deja de manifiesto al elegir al primer Papa de la Iglesia: a Pedro. Humanamente hablando, Juan pudo haber sido el primer Papa de la Iglesia: aunque del grupo de los Doce era el menor, el único que tenía escolaridad, intelectual con una profundidad teológica que deja de manifiesto en sus textos (Evangelio de Juan, sus Cartas y el Apocalipsis), fiel e incondicional acompañante de Cristo (en sus predicaciones, la Transfiguración, la Última Cena, el Huerto de los Olivos e incluso, el único de los Doce que lo acompañó en la cruz), pero Él quiso a Pedro como cabeza de la Iglesia. Su terquedad, sus arrebatos, su actitud a veces rústica, su escasa educación o su triple negación a Cristo no han sido ni serán motivos suficientes para que Cristo lo deje y nos deje.
Así también en la Iglesia inicial estuvo Judas Iscariote, de igual manera a lo largo de los siglos hay quienes traicionaron el Evangelio con sus ambiciones personales, su soberbia o sus faltas de la que algunos hermanos no cristianos usan nuestros errores para manchar la Iglesia de Cristo por el solo hecho de rechazar a Él. Y a pesar de lo que estamos viviendo en Iquique, en mi ciudad y en otras partes del mundo, la iglesia seguirá siendo un hospital de pecadores y no el hotel de los santos.
Agradezco además a un buen sacerdote amigo, que hoy me regaló el texto "Evangelios de la Biblia (en el año de la Misión Joven)" mientras en la Catedral fuí a entregar un disco de música al P. Gaspar. Este blogger al que ustedes leen, se siente motivado con este regalo e incentivo acompañado de estas palabras: "Este texto es para el primer joven que se lo voy a regalar".
A continuar con nuestra labor y a no bajar la guardia.
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