Es triste que aún en esta época existan mujeres que no se les valoran en los ámbitos de la sociedad: las embarazadas, las madres solteras, las mujeres que quieren trabajar, etc.
Me apena, pues no encuentro motivo alguno para relegarlas a un segundo plano, y esas ideas propias del machismo suponen estar superadas (y por tanto, obsoletas), pero hay quienes persisten en su necedad.
Recuerdo haber visto una película llamada "Retrato de una dama" (basada en el libro homónimo de Henry James) que trata de una mujer adelantada a su época, con ideales de modernidad en su interior, y que es incomprendida en su entorno machista y convencional, en el que cada vez que desea ser libre abruma hasta las lágrimas ver como le van cortando sus alas cada vez más.
Y todavía hay muchas Isabel Archer: mujeres hermosas, inteligentes, de personalidad e inteligencia inusuales, capaces de atraer a todo tipo de personas, pero que buscan tejer sus hilos para ejercer tal dominio sobre ella y así manipularla, consciente o inconscientemente.
No es cierto aquel cuento feminista que dice que la mujer no necesita de un hombre, cual flor que produce sus propias semillas para reproducirse, pues mientras la sociedad no se libere de esta estructura enmarañada de conveniencias y ambigüedades, esta guerra de los sexos acabará en masacre (como está sucediendo con aquellas feministas que abortaron, porque no eran mujeres sino hombres el fruto que llevaban en sus vientres).
Mientras el hombre y la mujer aprecien mutuamente sus capacidades, sus diferentes formas de vivir y percibir la vida, sus sensibilidades y sus diferencias, no habrá necesidad de establecer días para cada género y las ideologías de la discordia entre géneros perderán su razón de ser hasta desaparecer.
Sin embargo, mientras estemos viviendo en esta sociedad, preocupémonos de valorarlas realmente y no como nos quieren vender la pomada ciertas ideas. Preocuparse de su salud mental, no desampararla cuando esté triste y sola, tener el coraje de detener un acoso o un abuso, abrazarlas cuando nos necesiten y sobretodo, escucharlas, es lo que más necesitan y lo piden a gritos (aunque no lo digan).
Y tampoco olvidarnos de darle nuestro cariño, un beso en la mejilla, un beso en la mano, un abrazo, un regaloneo, sin esperar a que sea el 8 de marzo sino que en cualquier fecha, momento, época, hora, lugar, etc..
Gracias por reír conmigo, por consolarme mientras lloraba, por abrazarme cuando lo necesitaba, por corregirme cuando estaba equivocado, por aceptarme con mis mañas y chiripiolcas, por dejar ver tu sonrisa y tu capacidad de asombro al verte con un chocolate en las manos, y por dejar compartir contigo un paquete de galletas o de papas fritas en tarrito. Para ti, mujer, que estás leyendo esto: vales muchísimo de lo que tu crees.
P.D.: Por cierto, el soundtrack de la película es bellísimo. Algo melancólico, pero muy bello y delicado, tal como si describiera a una mujer. No conocía este trabajo del compositor polaco Wojciech Kilar (lo conocía solamente por "Bram Stoker's Dracula" y "El Pianista"), con una notable sonoridad de cuerdas y muy cercano al romanticismo. No solo la literatura, la escultura o la pintura pueden retratar a una mujer, sino también la música... y eso lo supe al escuchar esta obra.
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