Sí o sí, el obispo electo de Osorno Mons. Juan Barros Cruz, tomará posesión de la Diócesis de Osorno. Como creyente, temo que se avecine una catástrofe eclesial de proporciones, si es que una de las partes decida poner un pie atrás... y veo un panorama dificil: protestas masivas, misivas (que ya las hay, incluso del padre provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones), boicoteo de celebraciones en las que se invitará a no asistir, si es que no termine en cisma.
La Nunciatura Apostólica respaldó a Mons. Barros en su elección con un comunicado y a su vez, el obispo electo se dirigió a la feligresía de Osorno. En mi opinión, alguien "pintó" y "decoró" la situación "un poco por aquí y por allá" al Papa Francisco para obtener un nombramiento inducido, o alguién está encubriendo al obispo (para los que creemos que Mons. Barros fue cómplice y testigo de Karadima, aunque no sé si se arrepintió personalmente). Lo digo porque no va con el estilo del Papa Francisco el nombrar a personas cuestionadas en sedes episcopales o en algún servicio en el Vaticano. Esta situación huele a pañales usados.
Este nombramiento como obispo de Osorno data desde el año 2010 al destaparse el escándalo del Caso Karadima cuando algunos ex seminaristas denunciaron los abusos de parte de aquel que llamaban "santito", con el que estaban presentes cuatro obispos (todos ellos formados por Karadima: Arteaga, Koljatic, Valenzuela y el propio Barros). Y en ese tanto, Mons. René Rebolledo fue destinado a la Arquidiócesis de La Serena para asumir como Arzobispo para reemplazar a Mons. Manuel Donoso en diciembre de 2013, por lo que Mons. Fernando Chomalí como Arzobispo de Concepción asumió como Administrador Apostólico de Osorno durante este tiempo de "sede vacante". A este se le suma además la "presión" de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, pues dichas instituciones valoran la honra y el honor, valores en entredicho al conocerse estos siniestros hechos que hacen incompatible su dignidad militar como su estadía en el obispado castrense. Y al ver que esta imagen quedaría empañada a estas instituciones, optaron por distanciarse de Mons. Barros con la ayuda del Ministro de Defensa, puesto que almirantes y generales pidieron su expulsión del obispado castrense.
Y buscando cerrar una cicatriz dolorosa, creo que se ha hecho más sangrante y el dolor se ha agravado al pedir la renuncia de Mons. Barros, y puede que se agrave para este sábado 21 de marzo de 2015. Espero en Dios que la evolución de esta situación y su desenlace pueda determinar una respuesta ejemplar de la Santa Sede.
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