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jueves, 19 de marzo de 2015

Masculinidad a prueba de fuego.


Hace 2 años, en un día como hoy, Papa Francisco quiso dar inicio a su pontificado consagrándose a San José. Incluso aprobó un cambio en la misa: mencionar a San José (después de la Virgen María) en las intercesiones durante la Plegaría Eucarística. Este santo poco recordado de la Sagrada Familia, es modelo no solo de esposo y padre, sino también de masculinidad.
Las escrituras dicen poco de él, ni se le atribuyen frases. Él, que al principio tuvo miedo de tomar a María por esposa tras quedar embarazada antes del matrimonio, tampoco desea repudiarla públicamente sino en privado. ¿Por qué? Según la ley judía, el hombre podía repudiar públicamente a una mujer, para que esta muera lapidada. Y José no lo deseaba para María. Aunque sabemos que fue avisado en sueños por el Ángel Gabriel con un "no temas", contándole que ella está embarazada sin conocer varón y bajo la acción del Espíritu Santo, por lo que él debe tomarla por esposa. Y así, contra viento y marea, se desposa con María. ¿Les parece poco casarse con una mujer embarazada en una sociedad machista, en la que a José le dijeron "que le pusieron los cuernos"? Según los apócrifos, hubo una discusión en torno a su familia, y José defendiendo a María, hasta que el ángel Gabriel se les apareció y dio el mismo mensaje, por lo que María se salvó de ser lapidada. Aquí vemos en José un ejemplo de ternura, que se compone de: amor, compasión y apertura al otro.
Hasta ahí, bien. Pero ¿Por qué se considera la ternura como sinónimo de debilidad en nosotros los hombres? Se nos dice que debemos ser el pilar de la familia, el proveedor, el que resuelve los problemas, etc. Un hombre puede usar esta máscara por mucho rato, pero si se siente asfixiado quiere quitársela de encima, pero no le dejan hacerlo. ¿Por qué se nos prohíbe llorar (yo lo hago y no me importa que me vean llorar)? ¿Por qué se nos prohíbe fallar, si nosotros no somos perfectos? ¿Por qué no aceptar que no siempre tenemos la solución o la respuesta a todo? ¿Por qué ese afán de reprimir nuestra afectividad? Si trabajamos, nos cansamos y ya, no podemos fingir que todo está bien. Y aquí la mujer entra en escena, quien también con ternura lo abraza y deja que él la abrace o se reclina en su hombro y se desahogue. Y es así como tristemente, se confunde la ternura o la expresión de emocionalidad con ser "amanerados" o "afeminados", y se confunde la virilidad con la ausencia o indiferencia de emociones y sentimientos. Vale aclarar que no es el sentimentalismo propio de las telenovelas (aunque las veo XD), sino sentir con el otro y movernos para acercarnos a quien nos necesita (por lo que tampoco es flojera), y reitero que la masculinidad no es la ausencia de misericordia.
Con todo ello, José pudo sentirse mal o frustrarse momentáneamente por no lograr hallar una habitación disponible para que María tenga a su Hijo, pero no cesó de buscar y rebuscársela. Y con la discreción que describí anteriormente al pensar en repudiar a María en privado, fue la misma discreción y calma (gracias al aviso en sueños del ángel Gabriel hasta que él diga el momento de regresar) con la que tomó a María y a Jesús para protegerlos y huir de los tentáculos de Herodes, temeroso que el rey de los judíos anunciado por los profetas le "quitaría su poder político", mandó a matar a los varones menos de 2 años. Es la discreción y humildad que se contrapone frente al modelo de "virilidad" que se nos quiere ofrecer: presumir de las conquistas que tuvo, las posiciones sexuales para llevar a una mujer al orgasmo, hacernos creer que Christian Grey es el "galán de moda", vestir con las mejores ropas, tener posesiones materiales, hasta lo kafkiano (ridículo) de presumir por el tamaño de su pene para ganar atención y aprobación de sus cercanos, aun cuando ello significa pisotear a los otros. Y de esto, he escuchado mucho, ya sea en la calle o en los pasillos de la universidad. Y la masculinidad no es precisamente conquistar a la primera mujer que se atraviesa en el camino y presumir de cuánta banalidad pueda decir. La virilidad consiste precisamente en esa discreción y humildad que no necesita presumir pues sus actos dicen mucho más de lo que las palabras quieren expresar, seguros de lo que hacen, esa misma seguridad para hacer frente a los problemas con la fortaleza que viene de Dios. Los actos de caballerosidad, cortesía, modales y modestia hablan de ello: abrir la puerta del auto a una mujer, esperar que ella sea la primera en pasar o subir, escucharla cuando quiere hablar, ofrecerle un pañuelo o secarle sus lágrimas si quiere llorar, abrazarla cuando no se sienta bien, actos que no necesitan de palabras de parte de aquellos que son silenciosos y que no necesitan ser autorreferentes. Tal como dice el dicho: Dime de qué presumes, y yo te diré de qué careces.
Otro aspecto de la masculinidad es la integridad, que no significa ser inflexible o no dar el brazo a torcer, sino mantenerse sólido en cuerpo y alma a través de los principios y valores según lo que Dios nos pide. José, descendiente de la familia del Rey David, no era "cualquier cosa" sino que "de la alta", pero trabajaba y se esforzaba. Fue un hombre inquebrantable, incluso en situaciones menos imaginadas como tomar por esposa a una madre soltera a pesar de las opiniones y reacciones de la sociedad en aquel entonces. Y lo que nos quieren vender es ir con la corriente y no ir contracorriente, renunciar a sus principios por otros y traicionarlos por si llega a ser necesario, aceptando cualquier idea de moda. La integridad implica resistirse a estas ideas y circunstancias que implican renunciar los ideales que nos iluminan, defender la dignidad de la persona humana y apoyar lo bueno siempre, sin importar si es popular o no (la verdad no conoce la democracia, por lo que no se basa en números).
Y finalmente, José fue ejemplo de fidelidad. Los hombres debemos ser fieles en las buenas y en las malas (con nuestras familias, novias, esposas, amigas, amigos, etc.). Ojo que la fidelidad no significa como decía un profesor "mucho beso y toqueteo pero nada de entrometerse con estos 'centímetros cuadrados' que están entre las piernas", sino que la fidelidad significa vivir en consonancia con la opción de vida que hemos elegido. José fue fiel a María en todo momento, a Jesús, los amó hasta el fin, no se desentendió sino que huyó junto a María y Jesús a Egipto. La fidelidad exige fe en acción las 24 horas del día en los grandes y pequeños momentos de la vida, sin esperar reconocimiento alguno.
Me extendí mucho, lo sé, pero la masculina significa: ternura, fortaleza, integridad y fidelidad. Y todo esto no es debilidad, sino ser hombres honestos que no temen tomar a un niño en brazos, acariciar a una mujer, llorar cuando ya no pueda más, saberse limitado e imperfecto, no ser el galán que el colectivo pide pero ser consecuente consigo mismo, etc.
Y agradezco esos saludos por el día de San José que he leído en las redes sociales, de verdad que de alguna manera tenemos nuestro "Día del Hombre". A ustedes, mujeres, ayúdennos a ser mejores hombres.

P.D.: Los hombres no somos iguales solamente por una mala experiencia, es solo que algunos no saben ser hombres y avergüenzan nuestro género. Y si nos olvidamos de cerrar la tapa del W.C., perdónanos por no ser perfectos, también tenemos defectos. Danos paciencia y cariño por favor.

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