"Ayer por la mañana, fui a la Sixtina a votar tranquilamente. Nunca había imaginado lo que iba a suceder. Apenas comenzó el peligro para mí, los dos compañeros que tenía al lado me susurraron palabras de ánimo. Uno me dijo: “Ánimo, si el Señor da un peso, dará también las fuerzas para llevarlo”. Y el otro compañero: “No tenga miedo, en el mundo entero hay mucha gente que reza por el nuevo Papa”. Al llegar el momento, he aceptado" (Primera alocución dominical del Papa Juan Pablo I).
Ayer había olvidado que el día que nació mi blog, pero en el año 1978, en Roma se había dado inicio al pontificado de Juan Pablo I.
En la historia de la Iglesia nunca nadie había optado por elegir un nombre compuesto, pero de esta manera quiso el Card. Albino Luciani, Patriarca de Venecia, homenajear a la dulzura de Juan XXIII y a la sensibilidad cultural de Pablo VI. Albino Luciani no figuraba en los nombres posibles para ser elegido Papa, ni progres ni conservadores. De todos modos, el Espíritu Santo elige a cada sucesor de Pedro valiéndose del Colegio Cardenalicio. A pesar de que falleció a 33 después de su elección, su sonrisa y cercanía inolvidables, marcaron a toda la Iglesia y al mundo con su estilo sencillo y espontáneo. Él había optado como lema papal la palabra latina "Humilitas" (Humildad).
En la historia de la Iglesia nunca nadie había optado por elegir un nombre compuesto, pero de esta manera quiso el Card. Albino Luciani, Patriarca de Venecia, homenajear a la dulzura de Juan XXIII y a la sensibilidad cultural de Pablo VI. Albino Luciani no figuraba en los nombres posibles para ser elegido Papa, ni progres ni conservadores. De todos modos, el Espíritu Santo elige a cada sucesor de Pedro valiéndose del Colegio Cardenalicio. A pesar de que falleció a 33 después de su elección, su sonrisa y cercanía inolvidables, marcaron a toda la Iglesia y al mundo con su estilo sencillo y espontáneo. Él había optado como lema papal la palabra latina "Humilitas" (Humildad).
No hablaré de las innumerables conspiraciones que giran en torno a su muerte, pero destaco lo que él entregó a cada persona a través de sucesos cotidianos que se convirtieron en anécdotas, algunas graciosas y otras muy serias y con un deje de misterio divino, que es precisamente lo que el mundo necesita en estos momentos.
Muchos necesitamos sonreir, pero no una sonrisa que dura unos segundos y que esbozamos ante un momento dificil, sino una sonrisa que nos ayude a enfrentar cada momento, amando la vida y a la humanidad. La sonrisa del Papa Albino fue lo que más destacó la sociedad en aquel entonces, siendo apodado "el Papa de la sonrisa", una figura tímida que ama y comprende la humanidad sin ambiciones personales o políticas.
Hablar y expresarnos de manera sencilla y espontánea es la mejor forma de ser claros y consecuentes, además de lograr un puente de cercanía. El Papa Juan Pablo I causó revuelo con sus catequesis en las audiencias, llamando a los niños y conversando con ellos, siendo llamado un "simplón", como si Don Camilo fuese llamado a Roma. Rechazó la ceremonía de la coronación papal (nunca usó la tiara y su antecesor la usó por única vez en su coronación) y no pudo esquivar la silla gestatoria. Cuando era obispo y cardenal, jamás vestía como tal, solo usaba una simple sotana negra de sacerdote y encima de ella, la cruz pectoral y el solideo. Caminaba por las calles y las plazas a paso veloz, saludaba y sonreía a todos, y se detenía a conversar con alguien. Aquello marcaba desconcierto entre las personas, especialmente en las autoridades. Jamás aceptaba un trato preferencial, prefería ser tratado como a uno más. Cuando se prohibió usar vehículos para ahorrar combustible, rechazó el permiso especial que le excluía de aquella responsabilidad, y hacia sus recorridos en bicicleta. Nada de pompas ni algún signo externo de dignidad, si ello no era necesario. Cada vez que vestía con solemnidad para alguna ceremonia especial, al terminar se la quitaba para vestir nuevamente la simple sotana negra de cura, no quería ser otro más que el "Don Albino" que había sido consagrado.
Trataba de vivir el Evangelio lo más posible, pero sin desenmarcarse del mundo. La sonrisa, la humildad, el servicio y la espontaneidad son cosas que extraño mucho y que cada vez que las hago, es extraño notar que la otra persona no esperaba tal trato; o bien, olvido recordar estas cosas porque esta cultura de lo instantáneo me atrapa y me obliga a correr y a depender del tiempo. Por esa razón admiro mucho la figura de Juan Pablo I, tal vez si no hubiera muerto hubiera hecho muchas cosas, pero su legado ha sido toda su vida. Actualmente está en perído para ser llevado a los altares, por el momento no es ni Santo ni Beato sino Siervo de Dios (aunque las personas que lo conocieron lo describen como un santo de lo cotidiano).
No perdamos nuestra humanidad, nuestro amor a la humanidad. Sin miramientos ni mezquindades. Cuesta, pero no vale la pena... vale la vida.
"La gente, a veces, dice: estamos en una sociedad totalmente podrida, totalmente deshonesta. Esto no es cierto. Hay todavía mucha gente buena, mucha gente honesta. Más bien había que preguntarse: ¿Qué hacer para mejorar la sociedad? Yo diría: Que cada uno trate de ser bueno y contagiar a los demás con una bondad enteramente imbuida de la mansedumbre y del amor enseñados por Cristo. La regla de oro de Cristo es: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Haz a los demás lo que quieres que a ti te hagan. Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”. Y Él dio siempre ejemplo de esto. Puesto en la Cruz, no sólo perdonó a los que le crucificaron, sino que los excusó diciendo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Esto es cristianismo: éstos serían los sentimientos que, puestos en práctica, ayudarían muchísimo a la sociedad".
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