"Et ego, Giorgius Marius Cardinalis Bergoglio spondeo, voveo ac iuro. Sic me deus adiuvet et haec sancta dei evangelia quae manu mea tango".
(Y yo, Jorge Mario Cardenal Bergoglio prometo, me obligo y juro. Que Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano).
Así, durante el cónclave del mes pasado, 12 de marzo de 2013, juraba ante las Sagradas Escrituras el Cardenal Jorge Mario Bergoglio como cada uno de los 115 cardenales reunidos en la Capilla Sixtina para la elección del próximo Sucesor de Pedro. Y sin que ninguno de nosotros se lo imaginara, el cónclave fue muy corto, finalizando apenas al día siguiente con la elección del Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, el lobo estepario de Latinoamerica, el que es como es estando en los altos círculos del poder o compartiendo con su pueblo en las villas y periferias hundidas en la miseria, hablando a cada uno de ellos en un solo idioma en común. De esta manera, hoy se cumple un mes después de su elección como Sumo Pontífice, tomando su nombre como Francisco, para acordarse de los pobres (lo que le dijo su amigo brasileño el Cardenal Hummes fue que no se olvidara de los pobres) y además, para reformar la Iglesia en la humildad y en el amor como el Santo de Asís, sin saber que pronto ese cardenal que siempre se identificaba como un simple cura pusiera de cabeza a la Santa Sede, desconcertando a la curia y a los funcionarios, sembrando dudas en autoridades y gobernantes, y ganas de abrazarlo en todo el mundo, buscando ser parte de alguna de sus florecillas aunque sea por unos momentos. Como candidato lo descarté y tenía otros, pero me alegré mucho cuando supe que fue elegido, pues ya conocía de antemano su celo pastoral por Dios y por la gente. Y como señal externa de adhesión a estos nuevos aires de cambio, para mi servicio como acólito he decidido cambiar mi crucifijo de metal por una cruz de madera, no por humildad o sobriedad estética, sino para volver a lo fundamental, volver a Dios y buscarlo en los lugares y momentos menos pensados: no en las cosas grandes, sino en las cosas pequeñitas.
Es curioso saber que en el cónclave anterior (2005) fue segundo entre los favoritos, después de Joseph Ratzinger, pero sin ocultar las lágrimas de sus ojos antes sus hermanos cardenales, pidió que todos sus votos se lo dieran a Ratzinger, por lo que este cardenal alemán, muy emocionado, aceptó su elección como Papa tomando el nombre de Benedicto para homenajear a uno de su predecesores que llevó este nombre, aludiendo a la paz que necesita un mundo lleno de conflictos al iniciar este siglo XXI. El Papa del que hablaba es de Benedicto XV, el Cardenal Giacomo della Chiesa, que hace 3 meses de su elección le fue entregado el capelo cardenalicio de manos de San Pío X, sin imaginar que guiaría a la Iglesia en uno de los momentos más difíciles para la humanidad como la Primera Guerra Mundial, negociando, realizando campañas efectivas de ayuda, y consolando afectivamente a las víctimas de la irracionalidad de la guerra.
Por esta razón, quiero dedicar este post al Papa Francisco, recordando nuestra alegría no solamente porque el Papa sea latinoamericano, sino porque Dios se ha hecho presente en la historia en esta Su Iglesia, animándola y vivificándola con el Espíritu Santo a pesar de nuestros errores, y con ese amor incondicional tengo motivos suficientes como para estar muy contento de permanecer en la Iglesia, queriendo vivir y morir en ella. Comparto con ustedes algunas imágenes (que no son pocas) acompañadas de frases pronunciadas como Papa y como Cardenal, sin específicar orden, dando cuenta de su calidad de profeta, sin temer a ser incendiario en sus palabras, y con un gran amor por la personas.
"Soy un gran pecador. Confiando en la misericordia y en la paciencia de Dios, en el sufrimiento, acepto" (Su respuesta ante la pregunta ritual del Cardenal Giovanni Battista Re, Vice-Decano del Colegio Cardenalicio, si él acepta su elección canónica como Sumo Pontífice).
"Hermanos y hermanas, buenas tardes. Saben que el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo, pero ya estamos aquí" (Un saludo tímido y cariñoso al mundo fueron sus primeras palabras como Papa).
"Nosotros podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no proclamamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, la esposa del Señor".
"El Papa ha de servir a todos, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños".
"Cuando vayas subiendo, saludá a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando".
"La esclavitud no está abolida. En esta ciudad (Buenos Aires) está a la orden del día... En esta ciudad se explota a trabajadores en talleres clandestinos, y si son emigrantes se les priva de la posibilidad de salir de ahí. En esta ciudad hay chicos en situación de calle, desde hace años. Hay muchos y esta ciudad fracasó y sigue fracasando en librarnos de esa esclavitud estructural que es la situación de calle. Se somete a mujeres y a chicas al uso y al abuso de su cuerpo".
"Los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos... sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades".
"Nos acostumbramos a levantarnos cada día como si no pudiera ser de otra manera, nos acostumbramos a la violencia como algo infaltable en las noticias, nos acostumbramos al paisaje habitual de pobreza y de la miseria caminando por las calles de nuestra ciudad".
"En nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación".
"Una vez más se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer".
"Los más pobres, los que para los suficientes, no cuentan, pero aquí sí que son tenidos en cuenta. No tenemos derecho a agacharnos, a bajar los brazos llevados por la desesperanza, recuperemos la memoria de esta patria que tiene madre, recuperemos la memoria de nuestra madre, todos miremos a la Virgen y todos juntos pidámosle que no nos suelte de la mano".
"El que no ama no honra su deuda de persona. Quien no tiene su corazón abierto al hermano de cualquier raza, de cualquier nación, no cumple con su deber, y su vida termina siendo como un pagaré impago y es muy triste terminar la vida sin haber honrado la deuda existencial que todos tenemos como personas. El amor es algo concreto. Los conceptos no se aman, las palabras no se aman, se aman las personas".
"El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas, incluso de niños, junto con la miseria material y moral son moneda corriente".
"Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos y convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, a viva guerras y conflictos".
“No tengas miedo, no temamos; no esquivemos la certeza que se nos impone, no rechacemos la esperanza. No optemos por la seguridad del sepulcro, en este caso no vacío sino lleno de la inmundicia rebelde de nuestros pecados y egoísmo. Abrámonos al don de la esperanza".
"Nadie se hace cargo de lo que hay que hacer y de lo hecho. Parecería un juego inconsciente: ´nadie fue´ es, en definitiva, una verdad y quizás hemos logrado ser y sentirnos ´nadie´".
"Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo".
“Nunca podremos enseñarle a un chico el horizonte de grandeza de la patria si usamos nuestra dirigencia como escalón para nuestras ambiciones personales, para nuestros mezquinos intereses, para promover a los enemigos que nos sostienen. Cuando nuestros chicos nos ven a nosotros dirigentes que les damos este testimonio de bajeza no se animan a soñar y a crecer”.
"Los que aman con todo su ser, aun llenos de debilidades y límites, son los que vuelan con ligereza, libres de influencias y presiones".
"En la voracidad insaciable de poder, consumismo y falsa eterna juventud, los extremos débiles son descartados como material desechable de una sociedad que se torna hipócrita, entretenida en saciar su "vivir como se quiere" (como si eso fuera posible), con el único criterio de los caprichos adolescentes no resueltos".
"Veo las faltas de la Iglesia como las de mi madre".
"Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando las conciencias de cada uno os doy mi bendición, sabiendo que cada uno de nosotros somos hijos de Dios".
"El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida".
"El Señor no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón".
"Cristo es el centro, no el sucesor de Pedro".
"Una madre se defiende con el corazón lleno de amor, antes de usar la palabra. Me pregunto si en el corazón de muchos de los que entran en esta dinámica de los escándalos habrá amor por la Iglesia".
"Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres".
"Los momentos más lindos como cura son los que pasé con la gente. Eso me queda siempre en el corazón, el haber caminado junto a un pueblo que busca a Jesús".
"En esta civilización hedonista, consumista, narcisista, nos estamos acostumbrando a que hay personas desechables".
"El sistema ha caído en un vasto cono de sombra, la sombra de la desconfianza. Algunas promesas y enunciados suenan a cortejo fúnebre: todos consuelan a los deudos, pero nadie levanta al muerto".
"Entre una Iglesia accidentada que sale a la calle y una Iglesia enferma de autorreferencialidad, no tengo ninguna duda: prefiero la primera".
"Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu".
"Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer".
"Tratamos de llegar a las personas que se encuentran lejos mediante los medios digitales, la red y los mensajes cortos".
"La ternura no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor".
"No debemos tener miedo de la bondad ni de la ternura".
"Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños".
"¿Y nosotros nos vamos a quedar en casa? ¿Nos vamos a quedar en la parroquia, encerrados? ¿Nos vamos a quedar en el chimenterío parroquial, o del colegio, en las internas eclesiales? ¡Cuando toda esta gente nos está esperando! ¡La gente de nuestra ciudad! Una ciudad que tiene reservas religiosas, que tiene reservas culturales, una ciudad preciosa, hermosa, pero que está muy tentada por Satanás. No podemos quedarnos nosotros solos, no podemos quedarnos aislados".
"Jesús no tiene casa porque su casa es la gente; somos nosotros. Su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios".
"Su unción es para los pobres, para los cautivos, para los enfermos, para los que están tristes y solos. La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón".
"Al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido su pueblo".
"Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga», y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja», pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres".
“No dejen que les roben la esperanza. Siempre adelante con esperanza”.
"La Cruz de Jesús es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no responde al mal, que permanece en silencio. En realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y también juicio: Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo me condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva".
"Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades, pararnos ante una tumba, pensando en el difunto, que en definitiva sólo vive en el recuerdo de la historia, como los grandes personajes del pasado. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios; Él nos sorprende siempre".
"El amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón".
"Paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida humana y la familia,egoísmo que continúa la trata de personas... !la esclavitud más extendida en el siglo XXI. La trata de personas es la esclavitud más extendida del siglo XXI! Un mundo desgarrado por la violencia ligada al tráfico de drogas y la explotación inicua de los recursos naturales. Paz a esta Tierra nuestra".
"Cristo ha vencido el mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad".
"En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testigos de la Resurrección vienen recordados sólo los hombres, los Apóstoles, pero no las mujeres. Esto se debe a que, de acuerdo con la Ley judaica de aquel tiempo, las mujeres y los niños no podían dar un testimonio fiable, creíble. En los Evangelios, sin embargo, las mujeres tienen un papel primordial, fundamental. Aquí podemos ver un elemento a favor de la historicidad de la Resurrección: si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo no hubiera estado relacionado con testimonio de las mujeres. Los evangelistas, en cambio, se limitan simplemente a narrar lo que sucedió: las mujeres son los primeros testigos".
"Esto nos hace reflexionar también sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de la fe, han tenido y siguen teniendo aún hoy un papel especial en abrir las puertas al Señor, en seguirlo y en comunicar su Rostro, porque la mirada de fe necesita siempre la mirada sencilla y profunda del amor. A los Apóstoles y a los discípulos les cuesta más creer, a las mujeres no. Pedro corre al sepulcro, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe es importante saber y percibir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se profesa con la boca y con el corazón, con las palabras y con el amor".
"Él siempre nos espera. Nos ama. Nos ha perdonado con su sangre y nos perdona cada vez que vamos a Él a pedirle perdón. Tengamos confianza en su Misericordia".
"Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor. Dejémonos sin embargo aferrar por la propuesta de Dios, la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números, somos importantes, es más somos lo más importante que tiene; aun siendo pecadores, somos lo que más le importa".
"Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar. Recordémoslo en nuestra vida de cristianos: Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos".
"A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza. Dios siempre nos espera, no se cansa. Jesús nos muestra esta paciencia misericordiosa de Dios para que recobremos la confianza, la esperanza, siempre".
“Sentimos cerca de nosotros también a todos aquellos hombres y mujeres que, sin reconocerse en tradición religiosa alguna, buscan la verdad, la bondad y la belleza; esta verdad, bondad y belleza de Dios, y que son nuestros aliados inapreciables en el compromiso para defender la dignidad del ser humano, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia amorosa de la creación”.
"En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas la determinación de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado".