Choose a language:

lunes, 2 de septiembre de 2013

Carta para una mamá soltera.


Amiga:
Te escribo esto por preocupación, pero también por respeto y admiración. Prepara su llegada con muchas flores en tu corazón, mi niña linda. No sigas llorando, porque el Dios de la vida está arrullando a un hijo en tus entrañas. Muchas madres se las apañan solas e injustamente son incomprendidas, cuando de verdad necesitan un homenaje.
Algunos te condenarán injustamente, pero Dios escuchó tus súplicas y ya no se acuerda de tus faltas, porque te ha perdonado. Él fue testigo de tu oración en el Getsemaní, luchando entre el aborto y el nacimiento, lucha en la que finalmente triunfó la vida en difícil batalla con sangre, sudor y lágrimas. No siempre se escoge ser mamá soltera, pero se llega a serlo con el mayor de los respetos y de admiración al ejercer dos roles.
Por cada prejuicio y crítica que te encontrarás, aún sin conocer las circunstancias, esas mismas veces te las borraré con muestras de cariño, mi escucha y paños de lágrimas. Y no bastando con eso, les haré recordar que Jesús, el Mesías esperado desde siempre, nació de una adolescente a la que también le llovieron toda clase de comentarios. Déjalos que digan lo que quieran, lo peor es que los escuches y los aceptes, porque te contagiarás de pesimismo.
Un hijo nunca será un error: es vida, la más hermosa de todas las verdades. Deja que nazca de ti el misterio admirable de un ser humano. No pierdas la fe, porque no estás desamparada. Sonríe nuevamente y sécate las lágrimas. Muéstrale a tu hijo la fuerza y el valor de mujer que me has demostrado. Que vea tus ojos puros y sienta tus manos.
A veces, los llamados "hombres" son los avergüenzan mi condición de hombre, porque no tienen el valor de asumir su responsabilidad como tal, jurando que podrán salirse con la suya las veces que quieran, pensando tontamente que el amor es placer y goce sexual, en vez de considerar la posibilidad de tener una compañera. No sufras nunca más por él, no se merece ninguna de tus lágrimas. Tuvo más de una oportunidad para enmendarse, pero no ha aceptado. No le ruegues, eso nunca se hace en el amor y en el honor.
Dios no quiere que estos 9 meses sean de lágrimas y dudas, sino que quiere al igual que yo, verte andar frente a la vida, buscando la paz, la sabiduría, la armonía. Y así, con esas silenciosas ramitas, vayas construyendo tu nido. Aprende con ese angelito en camino a vivir el bello secreto del silencio.
Mi niña, por tu camino se encontrará Jesús de Nazaret para saludarte con mucho respeto, a tal punto que tu niño salte de gozo en tu interior. Camina con Él, ama, grita, lucha, ríe y canta.
Todo saldrá bien. No te niego ni te discuto que será un camino complejo, pero vas a ver que los más te critican se encariñarán con el angelito. Podrás estudiar y trabajar, aunque será difícil, mas no imposible. Pero no estás sola, nunca lo estarás. Tienes a las personas que te quieren (incluso quien te escribe esto, modestia aparte, que no piensa dejarte). Y ese angelito es tu nueva gran motivación e inspiración para levantarte cada mañana.
Quiero que todo el mundo sepa que esta llamita va a nacer, esta que es carne de tu carne, y cuídalo bien cuando nazca, porque es tuyo y es de Dios.
Sigue luchando contracorriente, con bravura para defender al angelito que viene, y con ternura para enseñarle que tienes un corazón que sabe amar.
Cuentas con la bendición de Dios en todo momento, su mano nunca dejará de sostenerte, pues Él siempre bendice a quienes aman y defienden la vida.
Tu amigo que te quiere.
Pablo.
 
 
(En el caso que se quiera leer la carta con música).